El Confidencial
Dos turistas franceses pueden enfrentarse a las vacaciones más caras de su vida. Y no por el precio que pagaron por pasar unos días en la isla italiana de Cerdeña, sino por haberse llevado de allí arena de la playa, algo que está terminantemente prohibido por las autoridades italianas. Ahora, se enfrentan a una pena que podría llegar a los seis años de prisión.
La pareja estaba a punto de embarcar con su vehículo en el ferry que los iba a llevar desde Porto Torres, al norte de Cerdeña, hasta el puerto de Toulon, en el sur de Francia. Sin embargo, un agente de fronteras quiso revisar su coche y encontró que llevaban 14 botellas de plástico llenas de arena de playa. En total, más de 40 kilos de arena.
Ambos fueron inmediatamente detenidos y ahora se enfrentan a un juicio que les puede llevar a prisión entre 1 y 6 años. La pareja aseguró en su defensa que llevaban la arena como ‘souvenir’ y que no sabían que estaba prohibido, pero las autoridades italianas se mostraron inflexibles, aplicando la ley con la que quieren detener el ‘saqueo’ de sus playas.
Multas ejemplares
Desde 2018, Cerdeña ha elevado las multas que impone a las personas que roban arena, llegando a los 3.000 euros y pudiendo alcanzar los seis años de cárcel. El objetivo es reducir una práctica muy dañina para el medio ambiente y que este verano ha sufrido un auténtico boom: solo en el aeropuerto de Olbia se han interceptado más de 10 toneladas de arena procedentes de playas de Cerdeña.
Antonio Casula, jefe de los agentes forestales de Cerdeña, reconoce a The Guardian que cada vez hay más ladrones de arena, aunque asegura que “cuando los responsables de estos episodios son extranjeros es difícil cobrar las multas”. Por eso quieren imponer sanciones que sean ejemplares y que sirvan para evitar que estos hechos se reproduzcan tan a menudo.
Solo en el aeropuerto de Olbia se han interceptado más de 10 toneladas de arena procedentes de playas de Cerdeña
Los dos turistas franceses se habían llevado la arena de la playa de Chia, en el sur de Cerdeña, y ahora esperan en la isla el juicio que les puede llevar a la cárcel. Mientras, otras personas han tomado la decisión contraria, devolviendo arena que ‘robaron’ hace años, al conocer el daño que sus actos tienen contra las playas y el medio ambiente de la isla.
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