Detecta Profeco “falsos jamones” fuera de norma en supermercados

Redacción

Productos que se autodenominan “embutidos” y que están colocados en los anaqueles junto al jamón tradicional fueron identificados por la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) como una categoría fuera de toda normatividad, lo que representa un riesgo tanto para la salud como para la economía de las y los consumidores.

En su más reciente Estudio de Calidad publicado en la Revista del Consumidor de julio, la dependencia reveló que 13 de los 40 productos analizados no cumplen con la Norma Oficial Mexicana NOM-158-SCFI-2003, pues no pueden ser considerados jamón al no garantizar el mínimo de 55% de carne de pierna trasera de cerdo o muslo de pavo.

Estos productos, etiquetados como “embutido cárnico”, “producto cárnico cocido” o “cocido de pavo”, utilizan empaques con imágenes similares a los del jamón auténtico, lo que puede confundir al consumidor. Además, presentan variaciones en su contenido de proteína, fécula, aditivos y niveles de sodio, algunos de los cuales son significativamente más altos que los permitidos, alertó la autoridad.

“Es posible que contengan cualquier tipo de carne o pasta cárnica al no estar regulados”, advirtió Profeco, al señalar que el alto nivel de sodio en estos productos también representa un riesgo para la salud si se consumen en exceso, especialmente para personas con enfermedades cardiovasculares.

Del total de muestras, 21 productos correspondieron a jamones comerciales (14 de pavo, cuatro de pierna, dos mixtos y uno de cerdo con pavo), cinco a la categoría económica, 13 fueron los denominados “embutidos” y uno de imitación vegana.

Profeco recomendó leer detenidamente el etiquetado, verificar el tipo de carne, el porcentaje de contenido cárnico y no dejarse llevar por la imagen del empaque. También instó a no abusar de su consumo por el uso de aditivos como nitritos, fosfatos y azúcares.

La autoridad advirtió que los fabricantes de estos “embutidos” no presentaron evidencia técnica que justificara sus denominaciones ni aclararon por qué no se clasifican como productos de imitación.

El estudio completo está disponible en revistadelconsumidor.profeco.gob.mx.