Deslave deja más de 100 muertos en Myanmar

Redacción

Myanmar.- “Sólo encontramos muertos entre las piedras”, dijo Nilar Myint, oficial de la ciudad birmana de Hpakant, al norte, en la que al menos 100 personas murieron en un corrimiento de tierra en una mina de jade.

El desastre es uno de los peores registrados por la industria minera de Myanmar, con un importante historial de fallas de seguridad.

Un nuevo balance eleva de 90 a 97 el número de víctimas mortales.

Los socorristas, incluidos la Cruz Roja local, el Ejército y la Policía, se involucraron en las actividades de búsqueda.

El más reciente balance sitúa entre 90 y 97 el número de víctimas mortales y en decenas el de desaparecidos.

El accidente se produjo el sábado cuando una columna de tierra y desechos de al menos 80 metros cayó sobre unas 70 chozas precarias donde residen personas que viven de la búsqueda de restos de jade no detectados por las empresas explotadoras, indicaron testigos a la prensa local.

“Sólo escaparon de la avalancha cinco cabañas”, afirmó un residente, según el diario Global New Light of Myanmar.

“Incluso la gente que vivía en los poblados un poco más lejos podían escuchar los gritos de las víctimas”, agregó Zaw Moe Htet, un pequeño comerciante de jade, cuyo pueblo domina el lugar donde se produjo el drama.

El negocio nacional

Myanmar es el primer productor mundial de esta piedra preciosa, muy presente en el subsuelo de esta región minera.

Pero las condiciones de extracción —tanto en términos de seguridad como medioambientales—, son pésimas, y las autoridades y las compañías de explotación cierran los ojos ante la existencia de mineros ilegales.

Miles de birmanos pobres se instalan en efecto en esta región para tratar de hallar restos de jade.

En los últimos meses, decenas de mineros ilegales murieron por corrimientos de tierra, según las ONG.

Estos dramas son a veces mencionados por la prensa local, sin que nada cambie para estas personas, que suelen probar su suerte durante la noche.

El secretismo envuelve el mercado de jade, que sigue siendo una fuente de riqueza de las viejas élites que hicieron fortuna en la época de la junta, autodisuelta en 2011.

Myanmar vendió en 2014 en el mercado mundial por valor de cerca de 27 mil 500 millones de euros de jade, diez veces la cifra oficial, según un informe publicado este año por la ONG Global Witness.

La ONG basada en Londres subraya que este mercado representa casi la mitad del PIB de Myanmar, uno de los países más pobres de Asia del Sudeste, pese a registrar un fuerte crecimiento desde 2011.

Negocio turbio

Según cifras oficiales de Beijing, más de 10 mil 600 millones de euros en jade birmano fueron importados a China en 2014, lo que, según Global Witness, es posiblemente el mayor saqueo de recursos naturales de la Historia moderna.

Las ONG aseguran que hay una intensificación de la actividad de las compañías mineras, en las últimas semanas.

La opositora Aung San Suu Kyi, cuyo partido ganó ampliamente las elecciones del 8 de noviembre, está llamada a formar Gobierno a principios de 2016.

Ha prometido luchar contra la corrupción y la opacidad de la economía, de la que la industria de jade es un buen ejemplo.

En la región de Hpakant, otrora tierra de junglas frondosas, dominan ahora las colinas peladas, debido a la multiplicación de las canteras.

El interés de los chinos por esta piedra preciosa, con sus múltiples matices de verde, acelera la desforestación de esta región.

Además, el lugar es escenario de combates entre el Ejército y grupos rebeldes.

El jade es una fuente importante de ingresos para el Ejército de Independencia kachin, uno de los grupos armados étnicos más activos en el combate contra el poder central.