Desde mi balcón: Ocurrencias tabasqueñas

 

Jorge Arturo Ferreira Garnica

“…El peligro radica en que nuestro poder para dañar o destruir el medio ambiente o a nuestros pares, aumenta a mucha mayor velocidad que nuestra sabiduría en el uso de ese poder”…

Stephen Hawking

(In memoriam)

 

Aguascalientes, Ags.- Resulta un buen ejercicio de distracción leer en la prensa escrita local y nacional, declaraciones de algunos “neopolíticos”, como es el caso de Fernando Herrera Senador por Aguascalientes de filiación panista. Ocurrente el Senador y veamos por qué: Desde mi óptica, expresar alguna idea o pensamiento de manera espontánea e inesperada y con cierto contenido agudo, picaresco y hasta de originalidad, considero que, es más, producto de un reflejo, que un producto del pensamiento. De suerte tal, que la primera pregunta que viene a mi mente, sería: ¿a qué le hemos denominado pensar? Y para la respuesta utilizaré algo que escribió Martín, pero no Orozco, pues eso sí resulta impensable, sino Martin Heidegger el filósofo, y cito: […]Pensar sólo acontece como aprendizaje, pues el pensar mismo está siempre de camino hacia el pensar. Cuando se pregunta «¿qué significa pensar? No se trata sólo de saber qué se requiere para realizar correctamente el pensamiento, sino de remontarse a aquello que lleva al ser humano imperativamente a pensar. ¿Desde dónde llama este mandato a pensar? ¿Y en qué manera llega esta llamada a la esencia humana? Partiendo de la constatación de que «lo que más merece pensarse en nuestro tiempo problemático es el hecho de que no pensamos» […] Martin Heidegger 1951-1952. ¿Qué significa pensar? Editorial Nova. Buenos Aires,​ segunda edición, 1964.

Esto sería en síntesis el acto volitivo de pensar, es decir, que pensar es producto de una conducta volitiva, la cual refleja la concreción de los pensamientos de una persona en actos. De esta manera, supone la libre elección de seguir o rechazar una inclinación, en una decisión donde interviene la inteligencia.

Por otra parte, un reflejo es un acto involuntario o automático que realiza nuestro cuerpo en respuesta a algo, sin que ni siquiera tengamos que pensar en ello. Los reflejos protegen al cuerpo de cosas que pueden lesionarlo. De tal suerte que lo que me motivó a reflexionar acerca de la forma inusitada en que algunos personajes que viven de la política declaran ante los medios de comunicación, sin realizar esfuerzo alguno para producir un pensamiento coherente, esto es, emitir respuestas con una carga mínima de inteligencia. Pero vayamos al meollo del asunto ya enunciado:

[…] El senador aguascalentense Fernando Herrera Ávila afirmó que Andrés Manuel López Obrador se niega a debatir “porque no sabe”, se quedó instalado en el priismo de los años 70 e ignora los cambios ocurridos en el mundo y en el país”. Y agregó, que el candidato de Morena ha rechazado la resolución del Tribunal Electoral para permitir debates en el periodo de intercampañas porque no tiene proyectos viables, “sino una larga lista de ocurrencias”, como cancelar el nuevo aeropuerto internacional o construir refinerías”. “El coordinador de los senadores panistas afirmó que, en cambio, Ricardo Anaya representa las ideas nuevas, apoyadas por el sector académico e incluso premios nobel de economía”. También tuvo la ocurrencia de decir que Anaya realizará una gira por el extranjero merced a que la prensa internacional reconoce su crecimiento en la intención del voto para 2018. Y esta otra dirigida al PRI: La embestida contra Anaya no le ha ayudado “al candidato oficial y todavía en el gobierno” y el PRI “tienen el sueño guajiro de que puedan subir al segundo lugar […]

El Senador Herrera debe conocer muy bien la personalidad de Andrés Manuel, pues ambos son nativos de Tabasco, quizá por ello estos dos paisanos entre sí, no nuestros, se manejan en el medio político con ocurrencias. El Senador Herrera afirma que AMLO se niega a debatir porque no sabe. Esto es una ocurrencia, puesto que el Senador no puede afirmar algo que no puede probar. Andrés Manuel, no quiere debatir porque no le conviene debatir en este momento, pues tiene más que perder que ganar y esto es una suposición mía. Tampoco puede afirmar que el candidato de Morena ha rechazado la resolución del Tribunal Federal Electoral, lo cual es otra ocurrencia, en virtud de que la resolución se emitió en contra de un acto de la autoridad electoral nacional, es decir, del INE, por ende, el INE es el destinatario de esta resolución, puesto que es la autoridad que prohibió los debates, y además competente para organizar esos debates, amén de administrar lo relativo a esta elección concurrente. No es AMLO a quien va dirigida esa resolución. Además, una autoridad jurisdiccional no puede ordenar, ni obligar a un particular a hacer algo de lo que no es parte. Finalmente, AMLO aún no es un candidato sino pre candidato, pues no ha sido registrado.

Otra ocurrencia más es la que se refiere a que Anaya representa las ideas nuevas, apoyadas por el sector académico, e incluso premios nobel de economía. El Senador tabasqueño no ejemplifica una sola idea nueva de las que Anaya es representante, y menos aún, quienes son esos personajes galardonados con el premio nobel de economía que apoyan esas inexistentes ideas; como tampoco nos indica qué parte del sector académico es el que apoya esas nuevas ideas de Anaya, pues generaliza sobre este sector que es tan amplio como plural, y que supongo, que en su totalidad, no está ni estará nunca apoyando ideas que no son más que meras fantasías del declarante.

Pero todavía hay un par de ocurrencias más, una, que, según su dicho, Anaya habrá de realizar una gira internacional en virtud de que la prensa extranjera reconoce su crecimiento en la intención del voto. En esta genial declaración el tabasqueño avecindado en Aguascalientes, tampoco es claro, al no especificar cuál será el verdadero motivo de que su candidato Anaya haga ese viaje, ni con que fines ¿Va agradecer a la prensa internacional el reconocimiento de su crecimiento en la intención del voto? ¿O tal vez fue a solicitar ayuda para que las supuestas conductas ilícitas de que se le acusa no prosperen? ¿O quizá a checar sus estados de cuenta en bancos extranjeros? Estos son tan sólo algunos supuestos escenarios u otros, que, entre paréntesis, jamás aludió el tabasqueño y también legislador por Aguascalientes Fernando Herrera. En mi leal saber y entender tanto Herrera como Anaya son candil de la calle y oscuridad de su casa. Ven la paja en ojo ajeno, y no la viga en el propio. Lo dejo a la libre y múltiple interpretación; múltiple interpretación de la que habló el genial Umberto Eco, al inicio de una de sus ilustrativas novelas.

El otro, pero no el último, puesto que estos señores que viven, y muy bien, de la política, sin aportar nada de provecho para el pueblo mexicano, en este caso para el aguascalentense, siempre andan por ahí deseosos de acaparar los reflectores mediáticos, para soltar su sarta de zarandajas, y no es otro que ése, en el que el señor Herrera dice que en nada le ha ayudado “al candidato oficial y todavía en el gobierno”; y que el PRI, tiene el sueño guajiro de que pueden subir al segundo lugar. Vaya temeraria declaración. ¿Tiene pruebas el Senador Herrera? Pues si tiene los pelos en la mano que constatan que la burra es pinta, es decir, de que ese candidato todavía está en el gobierno, pues que haga o hagan la pertinente denuncia, y no a través de ocurrencias mediáticas. Y ojo, mucho ojo, con esta irreflexiva declaración, en automático refunde a su candidato Anaya en el segundo lugar, in secula seculorum.

Cada que leo las declaraciones de este encumbrado actor del medio político, no de la política, -ya que esa ciencia y también arte, lleva todo un proceso y método de aprendizaje- se me figura que se escapó de una de las páginas de Gabriel Vargas y su genial Familia Burrón. Pero también da para especular con algunos escenarios electorales. Por ejemplo, que lo que ahora nos presentan los sondeos de opinión no se ajustan a la realidad ni son factores determinantes que definan en este momento el resultado de la elección. Falta el inicio formal y legal de las campañas, organización de debates serios, y la penetración en la población a través de un mensaje proselitista objetivo y bien dirigido a los diferentes sectores de la sociedad, de tal manera que la suma de estos factores influya en la motivación del voto de los jóvenes, pero sobre todo el de los que aún no han decidido por quien votar. Ambos sectores ciudadanos de los cuales no tengo ninguna duda, serán el factor de decisión el domingo siete de julio. Y esto no está reflejado en las encuestas, salvo que la franja de indecisos es igual o mayor a los números que le dan al hasta ahora puntero. Y ojo, una vez encarrerado el ratón jamás el gato podrá darle alcance. Lo que hay que saber es quién será el ratón y quién el gato. Lo sabremos la noche de siete de julio. No antes, con todo y que estos sondeos tengan un “mínimo margen de error”, siempre y cuando los realicen empresas serias y no por encargo. La única encuesta real y verdadera se publicará cerca de la media noche del primer domingo de julio.

Y al realizar este ejercicio de distracción mental, vino a mi memoria que tanto Fernando Herrera, Como Martín Orozco, el “Bronco Gallegos”, los de apellidos, Ruiz Velasco, Martín del Campo, Reed Segovia, Ruiz Esparza, Morán Faz, etcétera, etcétera y etcétera, irrumpieron en la vida pública local y se catapultaron, algunos de ellos, al escenario político estatal y nacional, todo a partir del año 1995, cuando Alfredo “El Mosco Reyes” le dio vuelta a la tortilla política ganando no solamente el Ayuntamiento de la capital del estado, sino también Calvillo, Cosío y Rincón de Romos, así como nueve de las dieciocho curules de mayoría relativa y cuatro o cinco de representación proporcional, este dato no lo tengo fresco en este momento, logrando para el partido que lo postuló (PAN) la mayoría en el Congreso Local. De esa catastrófica fecha para el partido tricolor, al momento actual, han transcurrido dos lustros y un par de años de pilón, en los que se ha dado la alternancia en el gobierno del estado y en el municipio capital y en algunos del interior. Felipe González, Luis Armando Reynoso, Ricardo Magdaleno y ahora Martini Orozco; todos ellos se montaron en la ola azul que levantó Alfredo Reyes Velázquez en 1995, y que puso al descubierto el falso priismo de que se presumía en Aguascalientes.

Mención aparte merece Enrique Franco Muñoz, Gastón Guzmán, Francisco Dávila y algunos otros panistas de cepa, que decidieron abanderar como su candidato a la presidencia municipal de Aguascalientes, al ya citado Alfredo Reyes Velázquez. Es decir, que toda esta caterva de neopolíticos de Acción Nacional han brillado, pero con una luz prestada. Incluso el Senador Fernando Herrera no obstante que su militancia es de larga data.

Esto último se dio por una mísera omisión del gobernador en turno Otto Granados Roldán, que no quiso o no supo aplicar una regla no escrita para los priistas que lograban la nominación de su partido a la gubernatura local. Regla simple para conservar el poder que ya habían perdido en la elección de 1940, cuyo triunfador fue Alberto del Valle Azuela, quien ya había ocupado el cargo de gobernador de manera interina, que al negarle el PNR la postulación, jugó su candidatura cobijado por el partido local denominado Partido Revolucionario Aguascalentense (PAR) venciendo a Jesús María “Chapo Rodríguez” Flores del PNR. A partir de esa ruptura del ahora PRI, los viejos políticos aguascalentenses, con sabiduría y sensibilidad política, optaron por ceder el primer trienio municipal a los conservadores locales de los cuales emanó Alberto del Valle, así como una diputación. Esta negociación política tuvo el éxito deseado hasta el sexenio 1992-1998 en que esa fina regla no escrita fue ignorada y desechada.

De los resultados de gobierno a partir de la alternancia en nuestra entidad y en el país, para quien emborrona estas cuartillas, “nihil novum sub sole”. Salvadas algunas diferencias para ambos partidos en el ámbito local, a partir de ese histórico año de 1995.

De Alfredo “El Mosco Reyes”, se debe considerar y recordar, e incluso hasta homenajear por el panismo local, que es a él, al que le deben su meteórica carrera tanto en el servicio público como en los cargos de elección popular, todos los mencionados, incluida Tere Jiménez que siendo un secreto a voces que se guardaba celosamente, acerca de que su “padrino o protector” ha sido el hasta hoy líder de los senadores panistas.

Alfredo “El Mosco Reyes” se sacó la lotería sin comprar el billete, y merced a ello, desnudó al falso priismo local que hasta entonces usaba una camiseta de dos vistas: la verde y por dentro la azul. Con ello la regla de oro de la política local quedó sepultada para siempre. Aguascalientes sigue siendo una entidad en la que la clase conservadora sigue siendo mayoría. Prueba de ello es que Carlos Lozano no gano su elección, el triunfo se lo dieron la suma de los votos de sus aliados el verde y el panal. Incluso Lorena Martínez, obtuvo muchos más votos que el candidato al gobierno del estado; votos que la llevaron de manera incuestionable al Palacio Municipal. En su elección como aspirante a la gubernatura, tengo la certeza de que fue ella quien ganó, salvo que su triunfo, no sé por qué artes, el TEPJF, le arrebató ¿Remember José María de la Torre y todas tus huestes?

Ya en el ejercicio de gobierno de quienes emanaron de Acción Nacional, en todos los niveles, no hubo ni ha habido ideas frescas y novedosas de una nueva forma de gobernar, y eso nos muestra la nula capacidad de quienes han ocupado estos importantes cargos de elección popular. Mucho ojo, señor Senador Fernando Herrera ¿de dónde ha obtenido estas nuevas ideas el señor Anaya? ¿Las tendrá en caso de ganar la elección?

Pero tampoco los sucesores del viejo priismo han aportado algo novedoso que nos hubiese impulsado a dar un paso hacia adelante en el concierto nacional e internacional. Han, eso sí, continuado las viejas prácticas grillescas para dirimir conflictos internos, para designar candidatos, castigar presupuestariamente a gobiernos locales emanados de otro partido, para recibir el cuchupo, para continuar agrandando esa mancha negra que es la corrupción, y últimamente en subastar al país. Es decir que, en política, todos, sin excepción, salen reprobados, pues vista la política como arte y como ciencia, habría que abrevar de ella para poder trazar una línea diferente y novedosa en el arte de gobernar.

En lo que respecta al mesías tabasqueño, el Senador Herrera tiene razón, hasta el momento su discurso está estructurado con base en ocurrencias de coyuntura y no en el análisis de las necesidades y prioridades que el país reclama, y que deberían ser parte de su discurso, pues en sus ya varios recorridos por todo el país, yo supongo, que ha buscado únicamente el halago para satisfacer su narcisista vanidad. De haber sido de otro el enfoque de estos recorridos, también resupongo que ya debería tener el pulso de lo que nuestro México requiere. Me parece que es una costumbre tabasqueña eso de las ocurrencias ¿no es así Senador Herrera?

Lo evidente es que el señor Lopitos, no es otra cosa que un enfermo terminal de megalomanía y de poder político. Ese es una especie de cáncer que no sólo le corroe las entrañas sino también la materia gris, la prueba de ello es todo cuanto se le ocurre decir día tras día. Pero, además, es un lobo con piel de oveja, que ha sabido durante los últimos años, ocultar bajo esa salea, su verdadera personalidad de autócrata, tirano, colérico, anarquista etcétera y etcétera, que, lo único que anhela, que sueña despierto y dormido, es ejercer el poder de forma absoluta.

No me explico el por qué no ha plasmado en su discurso todo lo que ha visto y escuchado durante sus múltiples recorridos por el país. Y vuelvo a suponer, que si no la ha hecho es en virtud de que durante esos recorridos ni ha visto, porque no ha querido ver, y mucho menos ha escuchado a los mexicanos, pues si algo ha demostrado que le satisfaga es oírse a sí mismo y verse a sí mismo en el espejo, como lo hacía Narciso en el agua. Gobernar con ocurrencias a nuestro país ha sido nefasto, pero continuar gobernado por ocurrencias y locuras, sería catastrófico para el país, pues no creo que México como país tendría la capacidad de soportar otro sexenio más de estúpidas ocurrencias.

Ojo, electores, como decía en su época un controvertido cacique guerrerense acerca de lo flaco de la caballada, en alusión a los aspirantes a presidir el destino de los mexicanos; salvo que ahora, esa caballada no sólo está flaca sino famélica.

De tal suerte que, para nuestro querido México, ávido de justicia social y buen gobierno, el panorama esta sombrío, con este trio de tres que sumados no dan uno, porque de los independientes ni qué decir. Así es que seguiremos esperando que surja un auténtico líder que nos gobierne con verdadero patriotismo y bajo los cánones políticos que México requiere.

En conclusión, veo harto complicada la decisión de por quién votar, pues no podemos sufragar por el mejor, porque no lo hay. Tendremos que pensar con seriedad y responsabilidad republicana, votar por el menos pior, como diría mi compadre; pero jamás anular nuestro voto, y por supuesto no ir a votar, ya que no hacerlo sería dejar en manos de una minoría el destino de nuestro vapuleado México.

Y a manera de colofón, retomo la frase que utilicé como epígrafe del recién fallecido Astro Físico Stephen Hawking, para cerrar este embrollado cañamazo; y esto de cañamazo lo digo no en la más pura acepción del vocablo, sino con un sentido mucho más corrosivo y locuaz, pero sobre todo alucinatorio ¡vamos! Como sinónimo de cáñamo de la India: “…El peligro radica en que nuestro poder para dañar o destruir el medio ambiente o a nuestros pares, aumenta a mucha mayor velocidad que nuestra sabiduría en el uso de ese poder…”. Reflexionando con seriedad y sobre todo con profundidad sobre lo que nos quiso decir Hawking, yo, y aquí no supongo, creo, que en esto encaja a la perfección, sin excepción de ningún tipo, todo el género político de nuestro amado México. Cierro así esta breve jácara de manera circular y con un tiempo narrativo más que lineal: en tiempo real.

 

+Jorge Ferreira fue dirigente del partido Convergencia a principios de la década del 2000.