De la movilidad y otras bárbaras barbaridades

Desde mi balcón

Jorge Arturo Ferreira Garnica

Desde mi lejana adolescencia adquirí el buen hábito de leer todo tipo de literatura, incluida la prensa local y nacional. En aquél entonces se leía únicamente el Sol del Centro y El Heraldo, y con eso bastaba para estar bien informado de los acontecimientos relevantes de la política, el deporte, y lo social en lo que iba inserto lo policiaco, y cuyas notas más alarmantes consistían en la detención de algún carterista y uno que otro mariposero, que así apodaban a los ladrones de bicicletas. Los delitos relevantes de ayer son iguales a los de ahora. En lo político las giras del gobernador por los municipios del interior, la inauguración de alguna obra o negocio de un particular, por el propio titular del ejecutivo. En algunos eventos participaban gobernador y presidente municipal. El Poder Legislativo y el Judicial, también ocupaban espacios en la primera plana y compartían actos con las autoridades referidas. Todos estos funcionarios mostraban un respeto ceremonial por las normas y las formas para hacer política. Igualito que los de ahora.

En la actualidad se editan seis diarios, varios semanarios y revistas de buena factura y una docena de portales informativos en la internet, junto con seis o siete canales de televisión local; y con todo este bagaje informativo, no se sabe bien a bien lo que realmente pasa en nuestra entidad. Algunos afirman que es la magia del dinero público. ¿Será’

Los diarios nacionales llegaban por la tarde y en no pocas ocasiones por la noche pues su traslado era por carretera en un camión que ostentaba un descomunal letrero que decía: PRENSA y venía entregando periódicos por las ciudades por las que iba pasando. El diario nacional más solicitado de esa época era el Excélsior seguido por el Universal y el Novedades. Cada noche sacaba de mi bolsillo mi peso para la compra del Excélsior, y semanalmente la revista Siempre y el Redondel. Con la lectura de estas publicaciones me daba por enterado de los avatares de la política local, nacional e internacional, así como de la fiesta brava y los deportes.

Cuando digo buen hábito, lo digo en el sentido de que en esta época que estamos viviendo, podría ser un mal hábito, pues resulta más saludable y por ende más sano, no enterarse de lo que publica la prensa, y en general todos los medios de comunicación. Las razones todos las sabemos. Pero como un hábito es una forma auto elegida para proceder de tal o cual manera, y que se adquiere a través de tanto repetir la misma situación o cosa durante largo tiempo, hasta que llegado el momento se convierte en cuasi una adicción, es decir, en una especie de instintiva dependencia. Dependencia instintiva, que nuestro subconsciente se niega a abandonar. Merced a lo cual, mi libertad de pensar, analizar y criticar, han abrevado de este buen o mal hábito. Ignoro si mis opiniones críticas son o no acertadas, pero finalmente cumplen con aquello que yo visualizo.

La lectura de la prensa nacional solía hacerla en la Nevería Nápoles que estaba ubicada en la esquina nororiente del segundo Parían, ya que el primero, edificado desde la colonia, se le hizo anacrónico al gobernador en turno y lo mandó derribar. Aquí podemos advertir que, desde siempre, los gobernantes de Aguascalientes han regido sus actos basados en ocurrencias. Aún no logro entender el por qué los políticos aguascalentenses les da por destruir lo construido por otras administraciones, para erigir en el mismo sito lo mismo, pero más moderno, en lugar de buscar otro espacio para edificar sus desvaríos, como el adefesio del Estadio Victoria, levantado en el espacio de lo que fue el Estadio Municipal y carente de un adecuado espacio de estacionamiento para los autos de los aficionados, y cuyo pésimo chistecito de Reynoso Femat, aún despide un fétido tufo. Y ahora, con una barbaridad tan bárbara como la ley de movilidad que da pie para nuevas ocurrencias, como el sonado proyecto de movilidad plagiado de la anterior administración, y en el que se escudan “en aras de la modernidad” para violar leyes de todo tipo, en particular las de los derechos humanos de todos nosotros, los ciudadanos aguascalentenses, además de atentar contra la naturaleza asesinando árboles a diestra y siniestra. Quizá esa deficiencia de raciocinio, o quizá manía, se deba a que tanto sus ideas como sus emociones y tendencias han estado reprimidas desde la infancia de estos gobernantes de marras. Freud dixit. Y que yo sepa, sólo uno no cayó en esa enfermiza tentación. Me refiero al profesor J. Refugio Esparza Reyes que es la excepción que confirma la regla. Hombre sensato y prudente que sabía ver y escuchar.

Pero sigamos con lo nuestro. Decía que en ese Parían solían reunirse los amigos y toda una caterva de despistados como yo que, entre sorbo y sorbo de café, componíamos el mundo. Estas tertulias duraban hasta las veinte horas, en virtud de que era la salida de las chicas que trabajaban en los comercios del centro de la ciudad, y que de lunes a sábado cumplían el provinciano ritual de dar algunas vueltas por el andador principal del aquél viejo Parían. Las varonas, caminaban en el sentido de las manecillas del reloj y los varones, o sea nosotros, en sentido opuesto; de tal suerte que ese sugerente ritual, ahora ya extinto, servía para el flirteo de nosotros con las chicas y viceversa. Era la mejor forma de lograr un noviazgo serio o fugaz. De este desaparecido ritual surgieron infinidad de matrimonios, pero también paternidades irresponsables y madres solteras.

Cuando llegó el señor Landeros a gobernar, al igual que los anteriores, -salvo el profe Esparza- nuestro Parían se le hizo viejo y feo, de manera que lo mandó derribar para edificar otro, pero “más moderno”, que no es más que el remedo de un centro comercial de La Puente California. Con esta “moderna ocurrencia” murió el romántico ritual del viejo Parían. Lo mismo hizo con el Mercado Terán construido a mediados del siglo diecinueve. Caprichos de gobernantes y una tergiversada y retorcida forma de concebir lo antiguo como viejo y feo, en contraste con lo moderno.

Barberena Vega mandó construir los pasos a desnivel de la Avenida López Mateos y el de la Cinco de Mayo que en su origen se proyectó para correr de norte a sur, pero como en Agüitas todo se hace sin planeación, olvidaron que el túnel de Cinco de Mayo desembocaba justo donde termina la calle Rayón e inicia la de Hornedo y quince metros adelante cruza a su vez la López Mateos.

El error consistió en que los semáforos de ambas calles frenaban la fluidez de los vehículos que pasaban por debajo de la explanada de la Plaza de Armas, formando largas filas de autos que en su mayoría quedaban atrapados en medio del túnel con las consecuentes molestias tóxicas para conductores y acompañantes. Esta es la razón de que ahora algunos autos y camiones tengan dificultades para salir del túnel pues lo empinado de la salida, en su trazo original era la entrada, y es por ello que los motores se fuerzan y se apagan, amén de que también se detiene la supuesta “fluidez” con el semáforo de la calle Rivero y Gutiérrez.

Otra ocurrencia más, que hasta la fecha no ha cumplido la función para que fue construida esta innecesaria “vía vehicular rápida” y de desfogue del tránsito en el corazón de la ciudad. Pero sí ha causado perjuicios, como el agrietamiento de nuestra Catedral, que por la oquedad del túnel debilito el asiento natural del monumento con un hundimiento lento pero constante que relajó la construcción, generando cuarteaduras en su estructura y recientemente se está transminando agua por los costados de túnel.

Ya entrados en este tema, hoy miércoles leí en portal de La Jornada, una declaración del gobernador; declaración que es una joya invaluable, en la que nos muestra su ignorancia supina, su falta de cordura y buen juicio, y por supuesto la ausencia de prudencia y virtud de gobernante. Dice el señor que en este año plantará cuarenta y tres mil árboles, para compensar la deforestación en aras del desarrollo urbano, como la que ocasionó con el paso a desnivel de Avenida Universidad y Luis Donaldo Colosio y otras obras más. ¿Qué es lo que realmente nos está diciendo Martíni Orosco?

Pues a priori, que aún le pesa la andanada de críticas, protestas y manifestaciones ciudadanas, y de grupos ambientalistas organizados de nuestra misma sociedad, que intentaron impedir la injustificada tala. No escribo sociedad civil, porque no sé qué significa eso. Se me afigura, dice un compadre, que una parte de la sociedad está militarizada y otra civilizada. Eso dice mi compadre y yo le creo pues nunca miente ni falla en sus juicios. Pero de que, el que cree que así se gobierna, trae media estocada, la trae.

Pero al mismo tiempo se siente culpable por el crimen que cometió al mandar talar ese pulmón de la zona norte “en aras del progreso”. Pues supone que con la plantación de cuarenta y tres mil árboles ya se resarció la pérdida de aquellos que cercenó y que los aguascalentenses lo perdonaremos. Lo que no sabe, porque lo ignora, es que algo de esta magnitud nunca podrá ser resarcido ¿Ustedes creen que si esa masacre que ordenó hubiese sido con seres humanos la podría compensar con cuarenta y tres mil nuevos nacimientos? En este hipotético símil, tendríamos que preguntar a los deudos de los cincuenta o cien o mil personas asesinadas, sí: ¿con estos nuevos nacimientos tendrían de nueva cuenta en su regazo a sus seres perdidos? Nada es igual cuando algo o alguien deja de existir. Nada habrá que lo resarza o lo sustituya. Nada.

Pero no le bastó con ésa tan inmoral, antiética, irracional y cínica declaración, cuya sarta de incoherencias las dijo el día en que se estaba celebrando el “Día Mundial del Medio Ambiente”. ¡Faltaba más! ¿Cómo desperdiciar un día de celebración del medio ambiente, del que los árboles forman parte? ¡Faltaba menos! Para él y sus asesores era, y fue, el momento justo e ideal para anunciar la plantación de miles de árboles, pensando que con ello todo sería borrón y cuenta nueva. ¿En qué mundo se imaginará que está viviendo ese señor Martini Orosco? ¿Acaso pensará que todos los habitantes de Aguascalientes somos retrasados mentales como él supone?

El señor que presumimos gobierna Aguascalientes, no pudo haber escogido mejor foro para tratar de justificar su estulticia diciendo: “…temas como la industria, la infraestructura urbana y la movilidad “desgraciadamente nos lleva a tomar algunas decisiones…”, dando a entender que, esa es su razón de estado, a través de la cual intentó justificar su abominable, imperdonable y arbitrario acto de gobierno cuya simpleza, según él, fue aquella criminal tala de árboles longevos o no, que estaban cumpliendo la “insignificante misión” no sólo de convertir el co2, esto es, el dióxido de carbono en oxígeno, sino también la de refrescar y embellecer el entorno y por supuesto la de ser el hogar de miles de aves. Una ocurrencia de lesa naturaleza, no se puede ni justificar ni resarcir y mucho menos perdonar. Jamás en mi vida había escuchado tamaña ofensa e insulto a la inteligencia de todo un pueblo, y cuando digo pueblo, no me concreto al aguascalentense, sino a la humanidad completa. De ese alcance es su crimen. Si tuviera un ápice de “CI” ya habría renunciado.

Una persona con tal forma de razonar, es evidente que no es apta para gobernar. Pero sí creo que debería de estar en el cubículo de un analista. Para gobernar no basta con haber ganado una elección se deben tener ciertos atributos en los que saber pensar, es el más relevante, como también los son saber ver y escuchar.