Redacción
Ciudad de México.-En los últimos meses, ha habido un boom por los vasos y termos de acero inoxidable con un sin fin de diseños y tamaños; si bien la moda empezó en cafeterías, poco a poco las tiendas físicas y en línea descubrieron que se trataba de un negocio muy redituable.
Hay algunos de edición especial que tienen precios elevados y solo los más apasionados o coleccionistas se aventuran a comprar, pero hay otros que son muy accesibles y de buena calidad.Play Video
Sin importar dónde compraste tu termo o vaso de acero inoxidable, su diseño o tamaño, antes de usarlo es necesario seguir unos sencillos pasos, primero para que tus bebidas no sepan a metal pero, quizá lo más importante, para no poner en riesgo tu salud.
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Paso a paso: así debes ‘curarlo’ o ‘templarlo’
Cuando compramos algo nuevo lo que queremos es estrenarlo inmediatamente, sin embargo, en el caso de los vasos o termos metálicos, la recomendación es ‘curarlos’ antes de utilizarlos.
Las abuelitas hacían antes esto con sus ollas y cacerolas de metal y ahora, hay muchos videos en redes sociales que explican cómo hacerlo, sobre todo con el boom de los vasos metálicos.
El proceso, afortunadamente, es muy sencillo:
- Lavar el vaso o termo con agua tibia y jabón para eliminar todo residuo de fabricación; es importante hacerlo con una esponja suave, porque se puede rayar y, además de afectar estéticamente, también puede ser factor para la liberación de metales
- Poner a hervir agua y colocarla dentro del recipiente (a esto se le llama templar)
- Agregar una cucharada de bicarbonato de sodio o unas gotitas de vinagre y revolver
- Tapar el termo y dejarlo reposar aproximadamente cuatro horas
- Pasado el tiempo, se vacía el vaso o termo
- Hay que lavarlo nuevamente con agua y jabón
- Listo, el termo o vaso de metal ya se puede usar
Qué pasa si no ‘curas’ tu vaso o termo metálico
En el mejor de los casos, si sólo lavas el termo e inmediatamente lo usas, el agua o la bebida que viertas tendrá un sabor muy parecido al del metal. Aunque también podría saber a detergente, cualquier residuo que haya quedado y hasta a moho.
En el peor, corres el riesgo de intoxicación o envenenamiento. El acero inoxidable es una aleación de hierro con carbono y es muy común en estos recipientes, e incluso utensilios de cocina, sin embargo, puede liberar algunos metales que le añaden para aumentar su resistencia a la corrosión.
Entre los más conocidos están el cromo o níquel los cuales, aunque en pequeñas cantidades, podrían adherirse a los alimentos o bebidas y generar una reacción alérgica, dermatitis, asma bronquial, dolor estomacal, vómito, diarrea o úlceras, de acuerdo con la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, en inglés).
Con información de Excélsior