Redacción
Las mascarillas o cubrebocas han sido un insumo fundamental en el combate a la pandemia del Covid-19. Pese a que ya han pasado varios meses en donde el mundo ha recurrido a este material para protegerse, la realidad es que muchos aún no se han acostumbrado a ello.
En las últimas semanas se han reportado disminuciones en cuanto al nivel de contagios en diversos países del mundo. Algunos incluso ya han anunciado que dejarán de exigir que el cubrebocas sea obligatorio en espacios públicos, pero, ¿ya es tiempo para decirles adiós, especialmente cuando estamos al aire libre?
Argumentos a favor
- El buen tiempo hace que la gente pase más tiempo al aire libre, donde se ha visto que hay menor probabilidad de contagio.
- Se ha incrementado la vacunación (sobre todo del personal más vulnerable), lo que hace que la presión hospitalaria en planta y UCI vaya disminuyendo.
- Está disminuyendo la tasa de incidencia del virus, por lo que es más difícil que se produzcan contagios masivos.
- El riesgo de contagio es muy bajo cuando estamos en zonas al aire libre poco concurridas (playas, bosques, zonas rurales).
- El calor, en algunas regiones, hace muy incómodo llevar mascarilla en el exterior.
Argumentos en contra
- No se ha llegado aún a la inmunidad comunitaria del 70%, queda aún mucho.
- La población joven (18-40 años), que es la que más actividades sociales realiza, no está aún vacunada.
- Existe una posible distribución de nuevas variantes (como la variante delta o india) con mayor tasa de transmisión. En Gran Bretaña es ahora la variante mayoritaria.
- Quitar las mascarillas puede suponer una relajación de las medidas que conlleven otras actitudes: no respetar distancia de seguridad, abrazos, gritar, cantar, etc.
- Existen zonas urbanas con mucha gente que convive en un espacio pequeño (zonas comerciales, entrada-salida de transportes).
- Afluencia de turistas y mayor movilidad de la población.
- Habría que seguir usándolas en zonas muy pobladas
La retirada de las mascarillas en exteriores de forma indiscriminada en toda España debe tomarse con cautela. Deberíamos ponernos la mascarilla cuando creamos que la situación, aunque sea al aire libre, lo requiera, sobre todo en grandes urbes con zonas muy pobladas.
Hasta que no tengamos un mayor porcentaje de personas vacunadas no podemos cantar victoria. Israel, uno de los países a los cuales podemos imitar, permitió eliminar mascarillas (incluso en interiores), excepto a las personas que no se habían vacunado, pero recientemente, tras tener nuevos brotes en algunas zonas del país, las ha impuesto de nuevo.
Es muy posible que las mascarillas se queden entre nosotros, sobre todo cuando vayamos a hospitales o centros de salud; y si estamos resfriados, tendremos que usarlas para no contagiar en el trabajo o cuando nos movamos en transportes públicos con mucha gente.
Con información de Muy Interesante