Crean pila biodegradable que se carga con una papa y tiene increíble duración

Redacción

España.- La mañana del 16 de junio de 2019, varias cabeceras de renombre internacional estrenaban el día con un titular común: Argentina se vuelve a quedar sin luz. Un fallo en el sistema de interconexión eléctrica dejó sin suministro a todo el país, afectando también a parte de Uruguay, Brasil y Chile. No era la primera vez. De hecho, apenas tres meses antes, otro corte afectó durante unas cuantas horas a 20 millones de personas en la región central de Buenos Aires.

Las soluciones llegaron tras varias jornadas de esfuerzos; y parte de ellas, precisamente, de la mano de una empresa española: “Reactivamos la estación con unos cargadores enormes de baterías. Fueron días intensos de trabajo. Ahora estamos desarrollando en este país microrredes energéticas para que cada vivienda genere su propia energía, tanto para el autoconsumo como para la reversión a la red. El Gobierno argentino, de esta manera, controla la producción”. Así lo explica Juan Carlos Hernández, CEO de Master Battery, una compañía de producción y distribución de energía autónoma con presencia y fábricas en los cinco continentes.

El proyecto en Argentina es solo un ejemplo de los cientos que tiene en marcha alrededor del mundo. Y es que desde que Juan Carlos (licenciado en Economía) y su socio Héctor Plaza (ingeniero) fundaron la empresa en 2010, el crecimiento ha sido exponencial: de facturar seis millones de euros hace una década, a más de 100 millones a cierre del pasado año, con un beneficio cercano a los siete millones. “Ambos trabajábamos para el mismo grupo cuando detectamos una necesidad por explotar. Empezamos en Vicálvaro tras recibir un premio del Ayuntamiento de Madrid como empresa innovadora. Así, con esta ayuda y con financiación externa de Banco Santander, abrimos nuestra primera fábrica”, recuerda.

A día de hoy, Master Battery fabrica baterías con diferentes tecnologías para diversos mercados, desde el militar o las emergencias hasta las telecomunicaciones o la seguridad. A lo largo de su trayectoria ha desarrollado varios prototipos destinados, por ejemplo, al vehículo eléctrico y a los cambios de generación solares, entre otros muchos. De hecho, cuenta con un departamento de I+D propio y varias patentes, entre ellas, una batería biodegradable que genera energía gracias a la descomposición de la materia orgánica. Se utiliza en el ámbito de las alarmas, en equipos que no tienen capacidad de suministro, y está diseñada para durar dos años.

“La batería se activa con la entrada de oxígeno, lo que produce una degradación de esta materia. Utilizamos una patata, la mona lisa, con características energéticas específicas, además de contar con altas capacidades. Podemos meter 1.000 amperios en un formato del tamaño de una caja de zapatos (el equivalente a 20 baterías de coche de 50 amperios)”.

Más allá de los nuevos proyectos, la empresa trabaja desde hace años de la mano de Organizaciones como el Fondo Monetario Internacional o Unicef para llevar energía a África. En Mali, por ejemplo, ha realizado intervenciones en la red educativa del país, ya que, hasta hace muy poco, según relata Juan Carlos, muchos centros ni siquiera tenían luz: “Hemos instalado plantas de generación para que puedan tener electricidad. Y no solo en los centros educativos; también en los hospitales. Es importante que algunas zonas como los quirófanos cuenten con bancadas de baterías para que, ante una bajada de tensión, sigan funcionando”.

Llevar electricidad a los campos de África es el otro gran objetivo del grupo, que ya ha trabajado en países como Túnez, Burkina o Marruecos. “Hemos instalado campos de generación que alimentan las bombas solares para la extracción de pozos. Necesitan este agua para regar los campos y producir trigo, entre otras muchas cosas, porque el principal problema en estas zonas, más que la falta de agua en sí, es la falta de herramientas para extraerla”. El camino, sin embargo, no es sencillo: “La logística es muy complicada en los países que no tienen puerto. Tenemos que trasladar las baterías en comboys y nos han asaltado en numerosas ocasiones para robarnos los materiales”, recuerda Juan Carlos.

UNA ‘CIUDAD DE LA ENERGÍA’ CON PARQUES Y CONCIERTOS

Juan Carlos entiende que para hablar de energía hay que entender cómo se distribuye y cómo se genera. “Estamos en pleno proceso de descarbonización de las ciudades. Es importante que avancemos en este camino, y para avanzar de verdad, la sociedad tiene que ver de cerca cómo funcionan los procesos y cómo está cambiando todo; desde los más pequeños. Nosotros estamos dirigiendo todas nuestras investigaciones a impulsar, cada vez más, la economía circular. Ya reciclamos hasta el 99% de todo el producto que utilizamos en nuestras baterías”.

Precisamente por eso, el proyecto que esta empresa tiene entre manos va mucho más allá de la fabricación y distribución. “Estamos desarrollando en nuestras propias instalaciones un espacio abierto a la ciudadanía. El proyecto es muy ambicioso: estamos comprando terrenos colindantes para hacer un gran parque natural y sostenible energéticamente hablando. Habrá riegos solares, huertos para plantar las patatas con las que fabricamos la pila biodegradable, merenderos e incluso conciertos. Queremos que las familias puedan ir a pasear o a montar en bicicleta, y que, además, puedan aprender mientras disfrutan”.

Master Battery tiene además un acuerdo con la Universidad Politécnica de Madrid para llegar a propiciar “uno de los másteres más importantes en energía. Se realizará aquí, en nuestras propias instalaciones. También estamos trabajando para lanzar un plan de estudio con formación dual, que permitirá a los colegios e institutos realizar jornadas abiertas aquí, con visitas guiadas, para conocer los productos de cerca y cómo se genera la energía, cómo se mueve el agua a través de la energía solar y cómo se reciclan los materiales. Ya estamos en marcha y seguiremos trabajando duro en este camino”.

*Con información El Confidencial.