Redacción
Un vuelo cancelado o retrasado puede convertirse en una pesadilla para cualquier viajero. Sin embargo, las normativas internacionales ofrecen ciertas garantías para los pasajeros afectados, desde compensaciones económicas hasta asistencia básica.
Si la cancelación o el retraso de un vuelo ocurre dentro de la Unión Europea o en una aerolínea con sede en el bloque, los pasajeros pueden recibir indemnizaciones de hasta 600 euros, dependiendo de la distancia del vuelo y el tiempo de espera. Además, la aerolínea está obligada a proporcionar vales de comida y, en casos prolongados, alojamiento.
Para reclamar una compensación, los pasajeros pueden acudir a plataformas especializadas como Reclamador o Flight Right, que facilitan el proceso. También pueden dirigirse a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) en España, donde encontrarán modelos de demanda para estos casos.
En situaciones de sobreventa, más conocidas como overbooking, si la aerolínea no informa con al menos dos semanas de anticipación, debe compensar al pasajero con una cantidad que oscila entre los 250 y los 600 euros, además de cubrir los gastos de manutención ocasionados.
Si un pasajero pierde su vuelo de conexión debido a un retraso, el derecho a reembolso o reubicación dependerá de si ambos vuelos forman parte del mismo contrato. Si fueron reservados por separado, la aerolínea no está obligada a cubrir el segundo tramo del viaje.
Para los vuelos que parten desde Estados Unidos, las regulaciones varían según la aerolínea. El Departamento de Transporte de EE.UU. establece ciertas normas mínimas, pero algunas compañías pueden ofrecer beneficios adicionales.
Para evitar problemas, los expertos recomiendan revisar las condiciones del boleto, contratar un seguro de viaje y conocer las normativas vigentes, como el reglamento (CE nº 261/2004) en Europa y las disposiciones de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA).