Conoce a la “Yoko Ono“ que separó a Soda Stereo

Cultura Colectiva

Buenos Aires, Arg.- Nos guste o no, la historia de The Beatles no sería la misma sin Yoko Ono.

Para bien o para mal, fue una de las personas más importantes alrededor de la banda inglesa; quizá tan esencial como el propio Lennon. El problema con aquella mujer de baja estatura y cabello largo fue que enamoró a John al grado de volverse lo más importante en su vida, olvidando todo lo demás. Para él no existía mayor inspiración de aquella chica de origen japonés con dotes artísticos, su mundo se esfumó al conocerla y pocas cosas le hacían tan feliz como verla sonreír. Fue inspiración para algunas canciones de la banda e incluso, influyó en decisiones que definirían el rumbo del cuarteto de Liverpool. Ella fue un beatle más…

Esto llevó a que la musa de Lennon se convirtiera en la villana de la historia cuando la banda se disolvió. La insultaban, saboteaban sus presentaciones artísticas y el mundo la satanizó. Pero no es el único caso en la música. Como ella, encontramos otras “Yokos” que se han hecho odiar por convertirse en la principal fuente de inspiración y claro, por tener algún arranque ocasional que exija atención de aquel músico que las eligió por sobre todas las mujeres.

Ser la inspiración de un rockstar, tiene sus consecuencias y Cecilia Amenábar las conoce a la perfección.

A mediados de los ochenta, Cecilia, una chilena aspirante a modelo, bailaba a ritmo del poppropio de la época; sin embargo, tenía cierta afinidad por el rock latino que en aquel entonces tenía como representantes, entre otros, a Soda Stereo. Ésta solía colgarse la guitarra e intentar tocar algunos acordes para la iglesia y al mismo tiempo organizaba fiestas de glam rock. Como cualquier chica de aquella época, había quedado sorprendida al ver y escuchar a Gustavo Cerati al frente de la banda, su porte, su voz y esa forma de tomar el escenario la tenían completamente perdida, aunque ella llevó sus sentimientos fangirl un paso más allá.

Con sólo 17 años se coló a una conferencia de prensa de la banda en Santiago. En aquel lugar Cerati la miró y no volvió a despegar su mirada de aquella carismática y bella niña. Como era de esperarse, Cerati se acercó a ella quien temblaba de emoción y más aún cuando él le hizo saber lo guapa que lucía, seguido de un intercambio de números telefónicos. Cerati y Soda partieron de Chile, no sin antes haber compartido una tarde de coqueteo con Cecilia.

La chica le había dejado una grata impresión al líder de Soda Stereo puesto que durante toda la gira, él le llamaba religiosamente y le escribía cartas que le llegaban acompañadas de regalos, además de canciones que sólo ella podía inspirar. De pronto y casi sin darse cuenta, mantenían una relación que culminó en el altar a principios de los 90. Entonces, llegó el primer guiño a Yoko Ono. Cerati dejaría momentáneamente la banda para vivir su vida en familia, ya que quería pasar tiempo con su esposa y dar la bienvenida a su bebé, Benito. Sin embargo, ese tiempo no sólo fue invertido en la familia, sino en un disco solista, Amor Amarillo. Cecilia participó en él haciendo coros y tocando el bajo en algunas canciones, lo que encendería las alertas en Soda Stereo. Cerati había dejado la banda en pleno tour y ahora estaba grabando solo, para nada era una buena señal.

No obstante, luego de discusiones a distancia entre los tres miembros de la banda, volvieron a reunirse y comenzar con una nueva producción discográfica en Londres. Sin embargo, Cecilia, fiel a su esposo, lo acompañaba a todas las sesiones, a los foros y comenzaba a tomarse atribuciones dentro del proceso creativo, lo que no era del agrado de los demás. Entonces, Cerati, en el afán de mantener la armonía entre sus compañeros y su esposa, se volvió a tomar unas vacaciones que le servirían para decir definitivamente adiós a la banda que lo viera nacer como estrella. Con la llegada de su hija, Cerati y Cecilia vivieron lejos de los compañeros un tiempo, para poder disfrutar de la soledad de la familia. Finalmente, Cerati volvió a la banda para un último encuentro mientras Cecilia planeaba un disco con él.

Finalmente, el matrimonio con Gustavo Cerati terminó en 2002, luego de interminables peleas y recriminaciones por parte de ambos. Cecilia se dedicó a la actuación, a la dirección de videos y a la fotografía, siempre manteniendo recuerdos de Cerati que le alegraban los días. Cuando el cantante sufriera el accidente que lo dejara en coma por un tiempo, estuvo con él, se mantuvo a su lado de la cama y le cuidó como si nunca se hubieran separado. La prensa y los fanáticos le recriminaron la separación de Soda Stereo, debido a que Cerati se alejaba de la banda para estar con ella y con su familia, pero al final, entre toda la polémica ella tomó la mano del cantante hasta su muerte en 2014.

Al igual que Yoko, Cecilia Amenábar sufrió el efecto negativo de haber sido una musa, a veces incomprendida y otras sobrevalorada, pero siempre inspirando a los músicos a crear melodías que pasaron a la posteridad como verdaderos himnos y ellas están inmortalizadas en versos y notas que le dan sentido a la historia de la música.