El Clarinetero
Aguascalientes, Ags.-En menos de 48 horas Armando Rodríguez Dominguez será alcalde constitucional nuevamente en San José de Gracia y estará sentado en un barril de pólvora.
El expanista, exneoaliancista y que ahora llega a la presidencia municipal bajo los colores del fenecido, Partido Fuerza por México tiene muchas cosas de qué preocuparse.
Lo bueno para él, aunque no para su familia es que va a tener fuero.
Lo malo es que tiene una colota que le pisen. En el terreno de las cuentas públicas tiene “muertos en el ropero” cómo coloquialmente se dice.
El oriundo de la Ciudad de México quien recibirá la estafeta de su mujer, Cristina López alcaldesa hasta la media noche de este jueves al igual que su marido salió buena para hacer negocios, lo cual no tendría nada de malo, sino es porque esos los hizo con el dinero de las arcas.
En la pasada revisión de las cuentas públicas del 2019 cuyos resultados se presentaron a principios de este año, salió bailando con cerca de 4 millones de pesos por compras irregulares, no justificadas y otro tipo de linduras, como enajenación y venta de predios propiedad del Ayuntamiento. Estas observaciones no fueron solventadas.
Además por si no fuera poco su hijo tiene un proceso judicial abierto por venta de drogas.
Por ello Armando Rodríguez en días pasados declaró que la policía municipal de San José de Gracia no va a colaborar bajo el esquema de Mando Unico, obviamente para proteger a su cachorro.
El próximo primer edil quien es todo un costal de mañas, se estará encomendando a todos los Santos para que la justicia no le eche el guante a su vástago.
Tan bueno salió para el dinero este político que se sabe hasta hace poco buscaba comprar dos concesiones para instalar gasolineras en las inmediaciones del municipio. Imagínense la lana que tiene de sus “ahorros”.
Ademas de ello, también reza porque se mantenga un cuate suyo en el Organo Superior de Fiscalización en un buen puesto porque de lo contrario la Unidad de Inteligencia Financiera le va soltar “la voladora”.
Así las cosas con el nuevo “mandamás” del pueblo que alberga al Cristo Roto.