Cocodrilo salta más de dos metros y devora a la científica que le daba de comer

PlayGround

Deasy Tuwo nunca pudo imaginar su final. Esta científica indonesia de 44 años ha muerto devorada por un cocodrilo hembra de enormes dimensiones a la que, como parte de su labor y cuidados, estaba alimentando en unas instalaciones sitas en Swlawesi del Norte (Indonesia).

“Merry, la cocodrilo”, se llamaba. Podría sonar a nombre de personaje de Disney. “Merry” significa feliz, además. Pero la historia no tiene nada de feliz. En el cerebro reptiliano no caben películas de amor interespecies con final feliz.

Al parecer el voraz cocodrilo decidió que no habría diferencia entre el alimento que la científica le administraba y ella misma. La mezcla de pollo fresco, atún y otras carnes no fue suficiente en esta ocasión. El animal saltó y se elevo cerca de 2 metros y medio dentro de su pozo y cazó el brazo de la cuidadora, arrastrándola luego en su caída.

Merry había atacado a otros cocodrilos en ocasiones, pero nunca había intentado nada semejante a este trágico evento.

La horrible descripción de los colaboradores de la difunta señora Tuwo incluye el dato de que los restos de la desafortunada mujer aún estaban hechos trizas entre las fauces del voraz animal cuando se percataron de lo sucedido. Y que aunque intentaron recuperar los fragmentos del cadáver, Merry reaccionaba de manera violenta cuando intentaban despojarle de su caza.

Los ataque mortales de cocodrilos a humanos no son nada raros en hábitats en los que estos voraces reptiles viven a su aire. África subsahariana, Nueva Guinea o Borneo, por ejemplo, así como en la Florida norteamericana. Incluso alguna oscura página bélica de la II Guerra Mundial contempla la salvaje pero natural acción de cocodrilos contra núcleos de soldados japoneses en la batalla de la isla Ramree, en 1945. Las crónicas darían para otro film… pero de terror.

Merry ha tenido que ser sacrificada. Si lo ha hecho una vez, podría volver a intentarlo. Cosas del instinto.