Análisis de Simone McCarthy
Beijing.- Mientras el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, incrementaba la presión económica sobre China durante la última semana, Beijing envió su propio mensaje: su ascenso no se verá interrumpido.
Una importante reunión política que se está celebrando en la capital fue el escenario ideal para que Beijing respondiera. La reunión de “dos sesiones” de la sumisa legislatura china y su máximo órgano de asesoramiento político es donde el Gobierno revela sus planes y marca el tono para el año que comienza.
¿Cuál es el punto más importante de su lista de prioridades? Impulsar la demanda de los consumidores para garantizar que China no tenga que depender de las exportaciones para impulsar su enorme, pero desacelerada economía. Y el siguiente: impulsar la apuesta del líder, Xi Jinping, por transformar el país en una superpotencia tecnológica, aumentando la inversión y reclutando al sector privado.
Beijing está tomando estas medidas mientras se prepara para lo que podría ser un prolongado enfrentamiento económico con Estados Unidos. Este martes, Trump duplicó los aranceles adicionales a todas las importaciones chinas hasta el 20% y ha amenazado con imponer más, así como controles más estrictos a las inversiones estadounidenses en China.
“Podemos superar cualquier dificultad en la búsqueda del desarrollo”, dijo el número dos del Gobierno chino, Li Qiang, a miles de delegados sentados en el Gran Salón del Pueblo de Beijing en la sesión inaugural del Congreso Nacional Popular celebrada el miércoles. El “barco gigante de la economía china” navegará “con paso firme hacia el futuro”, afirmó.
Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores fue más directo cuando se le preguntó sobre las fricciones comerciales el martes: “Si Estados Unidos insiste en librar una guerra arancelaria, una guerra comercial o cualquier otro tipo de guerra, China luchará hasta el final “, dijo a los periodistas.
CNN