¿Camina Google hacia la partición en varias empresas?

¿Es la valiosísima Google un monopolio? Si viajáramos a un ya lejano 2008 y leyéramos la prensa española de julio podríamos encontrarnos con las declaraciones del CEO de Google en España, Javier Rodriguez Zapatero, en las cuales ponía en cuestión la posibilidad de que el más grande de los buscadores del mundo -que incluso ha dado nacimiento al término googlear como sinónimo de buscar algo en internet- sea un monopolio cuando sin ninguna barrera cualquier usuario de internet podría utilizar un buscador distinto, algunos de los cuales desarrollados por gigantes de las nuevas tecnologías. 

Y es un buen argumento, ya que en el mismo país, España, es imposible comprar una cajetilla de tabaco legal fuera del monopolio estatal que impera sobre este producto, pero cualquier internauta español puede utilizar el explorador de Microsoft en vez de Google sin mayores dificultades, aunque pocos lo hagan. Pero quienes defienden que Google es un monopolio también tienen buenos argumentos.

El Gobierno Federal contra Google

Los buscadores son la puerta de entrada a internet para miles de millones de potenciales usuarios, y por lo tanto son quienes controlan qué información se sitúa entre los primeros puestos mediante sus algoritmos -hay quién acertadamente les ha llamado guardianes de internet-, lo que les convierte en unas de las empresas más ricas y poderosas de la historia del ser humano -no por nada las dictaduras cuentan con sus propios buscadores para poder restringir adecuadamente el acceso a según qué contenidos, no vaya a ser que el ciudadano lea lo que no deba leer, y piense lo que no debe pensar-.

Por ello el sector tecnológico de los Estados Unidos -el más potente del mundo a día de hoy- está siendo objeto de una dura ofensiva por parte de la organización pública más influyente del mundo, el Gobierno Federal de los Estados Unidos, ya que tradicionalmente el país ha sido contrario a la creación de monopolios, aunque el éxito de una empresa puede hacer que termine haciéndose con una parte enorme de su nicho del mercado, haciéndola tan exitosa que difícilmente nuevos actores puedan entrar en escena.

Y es que para los que pensaban en los años noventa que Microsoft estaba copando el mercado con sus sistemas operativos no podían ni imaginar el papel que internet y las redes sociales iban a jugar durante las primeras décadas del siglo XXI. Como teoriza el documental de Netflix, The Social Dilemma, la configuración que ha tomado internet y las redes sociales ha dado lugar a unas de las sociedades más polarizadas de la historia, sociedades en las cuales el centro ideológico a dejado de ser el espacio mayoritario, para concentrar a la ciudadanía en los extremos -parece ser que los algoritmos que recomiendan canales o contenido tienden a centrarse en el ámbito ideológico del usuario, reforzando nuestras ideas previas y dejando fuera las opiniones del “contrario” empobreciéndonos intelectualmente y levantando barreras entre grupos- ciudadanía que se nutre principalmente de información a través de sus ordenadores y smartphones. En definitiva, ciertamente las tecnológicas tienen un gran poder en sus manos, el poder de moldear las mentes del futuro, por lo que la diversidad y el debate deberían estar en el centro de sus políticas empresariales y los monopolios no serían deseables.

¿Cómo afectará la batalla a la cotización de los gigantes?

Ya sea en los parqués bursátiles o mediante un bróker de trading de acciones algunos inversores sacarán beneficio y otros sufrirán pérdidas según sean capaces de posicionarse adecuadamente con respecto a lo que ocurra con esta investigación antimonopolio. Si se compran acciones cuidado con hacerlo a crédito, y si se opera mediante trading online es importante vigilar el nivel de apalancamiento, que los traders utilizan para aumentar el tamaño de sus operaciones con relativamente menos capital, pero que implica la posibilidad de llegar a incurrir en pérdidas elevadas, según los propios brókeres anuncian en sus plataformas, con el añadido de que se trata de activos muy volátiles.

De momento los gigantes tecnológicos no parecen estar sufriendo ni mucho menos un desplome en sus cotizaciones, de hecho tanto Facebook como Apple o Google se encuentran cerca de sus mejores precios, aunque si finalmente las autoridades estadounidenses tienen éxito puede que las tornas cambien y veamos correcciones en los precios.