Así sería Xinatli, el primer museo de investigación en medio de la jungla mexicana

Redacción

¿Un museo en mitad de la jungla? ¿Construido con madera y tierra? Sí, has leído bien. Ideado por la firma del arquitecto noruego Viktor Sørless y el estudio mexicano Juiñi, el museo Xinatli sorprende sin ni siquiera estar construido todavía.

El diseño de este museo de investigación al borde de la selva tropical mexicana ha sido encargado por la coleccionista de arte mexicano Fernanda Raíz, presidenta de la Fundación Raíz.

El edificio tendrá una estructura piramidal escalonada, se construirá utilizando métodos ecológicos y estará formado por elementos de carga de tierra y madera.

Xinatli

Xinatli: un museo en mitad de la jungla mexicana© Bloomimages and Bloomrealities

ARMONÍA ENTRE PERSONAS, ARTE Y CIENCIA

El nombre del museo, Xinatli, viene del término Nahua Xinachtli, que describe el momento en que una semilla germina y se abre a una forma que da vida. “La palabra simboliza la idea de creación y rinde homenaje al potencial de metamorfosis”, afirman desde Studio Viktor Sørless.

El museo Xinatli tiene como objetivo explorar cómo las personas, el arte y la ciencia pueden convivir en armonía en el siglo XXI.

“Hasta ahora, los museos solían ser un espacio donde se exhibía el poder. Un museo del siglo XXI no debería ser un escaparate de poder, sino un lugar que aboga por una mayor equidad: en la ecología, en el arte y en la sociedad ”, afirma Fernanda Raíz.

El museo cuenta con un edificio principal de varios pisos con espacios de exhibición y arte, así como un instituto terrestre dirigido por científicos. Todas las instalaciones tienen como objetivo “investigar la diversidad vital del área y el conocimiento de la comunidad local, y promoverlos a través del arte y la investigación”, explican desde el estudio Viktor Sørless.

Xinatli

Un museo con un objetivo consciente© Bloomimages and Bloomrealities

UN OBJETIVO CONSCIENTE

La ubicación elegida para el museo es una zona de 90 hectáreas de bosque talado ilegalmente en el sur de México. Se trata de un lugar gravemente afectado por esta actividad delictiva y el plan es llevar a cabo su reforestación en los próximos años.

Así, se han realizado las disposiciones pertinentes para legar el terreno a la naturaleza, representada y defendida por ambientalistas y comunidades locales, los cuales asumirán la tutela y el uso exclusivos de la tierra pasada una generación.

Xinatli se basa en un objetivo consciente: “Ahora parece más urgente que nunca ayudar a crear un cambio climático en la mente de las personas. El arte, y con él un tipo diferente de percepción, una forma ecológica de construcción, un compromiso cultural con ‘el medio’, puede ayudar a mantener la continuidad de la vida en nuestro planeta”, afirma Fernanda Raíz.

El propósito del museo está determinado por un enfoque tripartito de investigación, aprendizaje y comunicación, pues además de apoyar procesos artísticos, otras claves del museo serán: la mentalidad circular y la consideración filosófica de plantas y hongos, así como un compromiso global con la naturaleza como entidad legal.

“Una forma de pensar descolonizada también ayudará a cambiar la forma en que nos relacionamos con el mundo, lo que significa romper tanto con las perspectivas antropocéntricas como con la separación de la naturaleza y la cultura”, añade Studio Viktor Sørless.

LA REINVENCIÓN DE LA PIRÁMIDE ESCALONADA

La pirámide es un componente arquetípico de la mayoría de culturas de Asia, África, Europa y América Latina. La pirámide escalonada proviene de la cultura mesoamericana, a través de los olmecas, mayas y aztecas.

Como expone el autor mexicano Octavio Paz en El laberinto de la soledad, “el camino hacia una nueva sociedad pasa por una crítica de la pirámide y de la sociedad piramidal”.

“Para nosotros era importante hacer referencia a la pirámide escalonada, reconfigurarla y reinterpretarla”, explica Viktor Sørless. Y añade: “La pirámide escalonada es un símbolo de una sociedad de clases, la división entre los ricos en la cima y los pobres en la base. Nuestro diseño deconstruye esta jerarquía”.

En su propuesta para el museo Xinatli, Studio Viktor Sørless y Estudio Juiñi levantan la capa más ancha de la pirámide hacia el centro, de manera que ésta queda al nivel de las copas de los árboles más altos, colocándolo simbólicamente cara a cara con la naturaleza.

La plataforma resultante ofrece vistas ininterrumpidas sobre el entorno verde dando como resultado un concepto de edificio que se presenta como un organismo entrelazado con la jungla que lo rodea.

LA CULTURA INDÍGENA

Xinatli también incorpora el saber indígena y las habilidades de los artesanos locales, pues apuesta por el método de construcción de la casa xa’anil naj, tradicional de los mayas yucatecos.

La xa’anil naj tiene un gran valor cultural y arquitectónico, pues alberga un gran acervo de conocimientos y costumbres heredados de generación en generación.

Este método de construcción se caracteriza por que los árboles utilizados en la estructura de soporte no se arrancan ni se colocan en su lugar, sino que a menudo se plantan.

En el caso de Xinatli, una inspección del terreno permitió a ambos estudios identificar árboles que luego podrían usarse como “soportes vivos” en la construcción.

El edificio también utiliza cuerdas de sisal retorcidas como estabilizadores, junto con una pila de piedra que es visible desde todos los pisos dentro del museo.

Comienza en lo alto de la estructura y se adentra en el suelo, donde se abre hacia fuera en una piscina. El agua de lluvia cae en la pila y los riscos en la roca crean pequeñas cascadas. “En el proyecto se denominaron ‘rocas lloronas’”, apunta Sørless.

En la planta baja, en los últimos niveles de la piscina, unas letras se forman en la tierra, en una alusión a las letras que los conquistadores grabaron a fuego, como estigmas, en la frente de los indígenas. La G, por ejemplo, significa guerra.

“La tierra simboliza las heridas del pasado y, con el tiempo, será lavada por el agua hasta que cada letra inicial en algún momento ya no sea reconocible”, explican desde el estudio de Sørless.

Las alas laterales del edificio albergan espacios de exposición e investigación. El nivel superior está envuelto en vidrio reflectante y dependiendo de la perspectiva va cambiando a medida que los visitantes mientras caminan.

Desde el interior, los visitantes miran hacia la inmensidad verde de la naturaleza. Desde el exterior, el vidrio refleja la jungla que lo rodea. Esto crea una ilusión óptica en la que desde lejos parece que la pirámide estuviera rota y la sección superior del edificio estuviese flotando.

LA TIERRA: EL MATERIAL DEL FUTURO

El estudio Viktor Sørless lleva años explorando el uso de la tierra en la construcción y la considera el material de construcción del futuro: “considero que la tierra ofrece beneficios inmejorables”, explica el arquitecto noruego.

“Hemos estado usando este material de construcción desde que los humanos comenzaron a asentarse; está ahí a nuestros pies, en el suelo, como humus, en esencia como una especie de cemento para una forma más humana de construir. La tierra puede reintroducirse en los ciclos de la naturaleza y tiene sentido ecológico”, sentencia Sørless.

Las condiciones climáticas de la selva tropical requieren una mejora de la fuerza y la resistencia al agua de la tierra utilizada en la construcción por lo que, con la ayuda de expertos locales, se desarrolló una nueva mezcla de tierra que utiliza fibras de sisal y resina de chukum.

El edificio se construirá utilizando el método de tierra apisonada y para evitar posibles fisuras se utilizará la denominada “rejilla orgánica”, realizada con fibras de sisal y con una malla de un centímetro.

Como explica Sørless, “este tipo de refuerzo es similar al que se utiliza en las estructuras de hormigón armado para permitir que los muros estén sujetos a cargas más pesadas. La madera se utiliza para construir la estructura de soporte”.

UN PROCESO DE CRECIMIENTO

Viktor Sørless describe Xinatli como “una fusión de arquitectura e ingeniería autóctonas” y aclara que el plan no es crear un edificio que dure para siempre sino que “necesita ser cuidado, de lo contrario se degradará”.

El edificio de arcilla y madera no durará tanto como el hormigón, pero según los arquitectos, esa es la clave: “este elemento de fugacidad reconoce que la vida es un proceso de crecimiento, perecimiento y transformación, y que los seres humanos podemos tomar una decisión consciente sobre cómo tratamos nuestro medio ambiente”, remata el arquitecto.

Se espera que el proyecto esté completado en 2025.

Información de Traveler