Redacción
Guerrero El puerto guerrerense de Acapulco, que gestó y vio nacer el turismo en México ha vivido en los últimos años serias afectaciones como secuela de la pandemia de coronavirus y, justamente cuando comenzaba a recuperarse llegaron dos fenómenos naturales, los huracanes Otis y John, los cuales arrasaron con la infraestructura hotelera, dejando graves daños, además, sobre la población en general.
No se puede negar el gran efecto destructivo que tuvieron dichos fenómenos en el rubro turístico del lugar; sin embargo, hay tres iconos de Acapulco que tuvieron serias afectaciones y la ayuda para que se recuperara aún llega a cuenta gotas, tal es el caso de Pie de la Cuesta, Puerto Marqués y Revolcadero. Símbolos de Acapulco que han sido visitados por millones de visitantes a lo largo de muchos años.
Pie de la Cuesta es una franja de tierra de unos 100 metros de ancho, en promedio, que divide al mar de la Laguna de Coyuca de Benítez, donde se asientan restaurantes a la orilla del mar, viviendas y hoteles a lo largo del poblado, y es famoso por la vista de sus hermosos atardeceres.
Cuando llegamos a vivir a Pie de la Cuesta esto era el paraíso, a mi marido le gustaba mucho pescar y se iba a la orilla del mar y sacaba unos peces enormes para comer, también le gustaba ir a la laguna a cazar patos, había unos patos con anillos en el cuello, creo que eran de los que migran desde Canadá y seguido comíamos pato”, narró doña Gloria.

Señaló que, en aquellos años, su marido le platicó eso a sus amigos y muchos de ellos venían desde diferentes lugares para disfrutar del buen clima, el mar y salir a cazar y a pescar.
Sin embargo, a pesar de ser un lugar importante para el turismo, después del paso de Otis y un año después de la llegada de John, la ayuda fluye a paso lento.
Nelly Cienfuegos, líder de los restauranteros de esa zona, asegura que “han sido tiempos complicados, pues la gente del lugar vive del turismo y primero fue la pandemia y cuando ya se comenzaban a recuperar llegaron los dos fenómenos meteorológicos”.
La última afectación grave que tuvieron fue por John, donde el mar se devoró 30 metros de playa y se metió a los restaurantes, llevándose todo el mobiliario de los negocios. “Lo único que nos quedaba después de esto era ponernos a trabajar con lo que teníamos y conseguir recursos para habilitar nuestros restaurantes con la esperanza de una buena temporada de diciembre y fue lo que hicimos.
No podemos negar que sí hubo ayuda para limpiar nuestros negocios y, de alguna manera, se promovieron eventos que hicieron que llegaran turistas a Pie de la Cuesta, otra cosa que nos ayudó fue que Pie de la Cuesta fue nombrado Barrio Mágico hace unos siete meses y eso nos ayudó para promovernos turísticamente”, narró doña Nelly.
Nos juntamos todos los dueños de negocios y en lugar de ponernos a llorar nuestra desgracia decidimos ponernos a trabajar con lo que podíamos y salir adelante”, dijo.
Pie de la Cuesta fue una de las zonas que nunca salió a protestar o a hacer bloqueos para recibir ayuda del gobierno.
Ahora lo que les hace falta es iluminación en las playas para que las personas que acuden a ver la puesta del sol se puedan quedar un rato más. En esta zona hay 34 hoteles pequeños de 1, 2, y 3 estrellas, y así como hoteles boutique, además de 42 restaurantes a orilla de playa.
Y aunque antes de diciembre se logró recuperar los 30 metros de arena de la playa de Pie de la Cuesta, expertos señalan que el mar continuará avanzando en los próximos años, a lo que los lugareños sólo responden: “Es el precio que tenemos que pagar por vivir en un lugar privilegiado”.

ESPERAN UN APOYO PARA LEVANTARSE
Puerto Marqués se ubica en lo que se pudiera llamar el inicio de Punta Diamante, tiene una pequeña bahía, en sus cerros se han construido suntuosas mansiones, condominios de lujo y grandes hoteles.
En su zona de playa hay restaurantes, propiedad de familias locales y lo que sería el centro de la población.
Hace algunos años, un gobernador intentó realizar un proyecto en donde reubicaría a todos los pobladores para que la zona fuera un lugar sólo comercial; sin embargo, los afectados no lo permitieron.
En los próximos días se llevará a cabo la presentación de un proyecto de remodelación integral, pues todos los restaurantes de la playa, 17 en total, resultaron dañados por Otis y John, por lo que los lugareños trabajan en condiciones precarias. Aunque la ayuda llega a cuentagotas, los marquesanos aseguran que hace falta una buena inversión por parte del gobierno federal para reconstruir los 17 restaurantes.

ALGUNOS TRABAJARON SIN TECHO
Revolcadero, zona localizada en Punta Diamante, entre Puerto Marques y el Aeropuerto de Acapulco, unos 200 negocios, entre restaurantes, parianes de venta de ropa y artesanías y enramadas quedaron destruidos por los fenómenos.
Revolcadero está frente a mar abierto, así que el viento y la lluvia, además de las olas le pegaron de frente, causando una gran destrucción. Además de que los ríos que desembocan en el mar se desbordaron y la laguna de Tres Palos subió su nivel, inundando todo a su paso.
Actualmente, los lugareños luchan por no dejar morir sus negocios, y aunque admiten que sí recibieron ayuda para sus viviendas, ésta no fluyó para sus negocios, pues algunos operaron hasta sin techo en la última temporada alta, por lo que esperan un apoyo.