¿A quién beneficia el supuesto “subsidio” (estímulo fiscal) a las gasolinas?

El Financiero

OPINIÓN MTY COMENTARIO ECONÓMICO MARCO A. PÉREZ VALTIER

En ocasiones anteriores he escrito sobre la falacia que manejan nuestras autoridades, al afirmar que les cuesta muchísimo dinero “subsidiar” los precios de las gasolinas y el diésel, ya que los precios al público que pagamos en nuestro país son mucho más elevados que los que pagan nuestros vecinos del Norte, particularmente los consumidores texanos, por lo que el famoso “subsidio” no lo vemos por ningún lado.

A partir del año 2016, el impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) más importante (de los TRES que se cargan a las gasolinas y al diésel), se modificó, pasando de determinarse como una tasa variable (que podía ser incluso negativa) a una cuota fija de pesos por litro, buscando la SHCP asegurarse una recaudación objetivo, a pesar de las variaciones en los precios del petróleo y de las gasolinas.

Si bien en ese año esta cuota se fijó en 4.16 pesos por litro para la gasolina Magna, (cuota sumamente excesiva, ya que con unos 2.70 pesos se garantizaba la recaudación obtenida en 2015), para este año 2018 ya es de 4.59 pesos por litro, pues cada año se incrementa con la inflación.

EL asunto es que los precios de las gasolinas en México ya se determinan tomando como base el precio internacional de los combustibles en Texas, por lo que al añadirle los costos de transporte, la utilidad del gasolinero y los CUATRO impuestos que nos cargan (Tres IEPS más el IVA) los precios bomba son muchísimo más elevados, comparados con los que pagan nuestros vecinos de Texas.

Ante esta situación, y derivado del inmenso malestar que dejó en la población el “Gasolinazo” de enero de 2017, nuestras autoridades optaron por manipular el precio al público haciendo uso discrecional del precio internacional y del IEPS ya comentado, buscando “suavizar” las variaciones en los precios internacionales y los movimientos del tipo de cambio.

El precio internacional que determina Pemex a sus distribuidores, (desde antes de la liberalización de los precios), utiliza promedios móviles, incluso de varios meses, de manera que los movimientos bruscos en precios son suavizados, y esta manipulación se complementa modificando semanalmente el IEPS para que la cuota total de 4.59 se reduzca con la aplicación de un “Estímulo Fiscal” que modera y suaviza también las variaciones en precios.

Para darles una idea, para la semana del 14 al 20 de abril, se determinó un estímulo fiscal equivalente al 41.48 por ciento del IEPS, por lo que en lugar de aplicar los 4.59 pesos por litro a la gasolina Mmagna, la cuota efectiva cargada fue de 2.686 pesos por litro, es decir, hubo un “Subsidio” al precio de esta gasolina de 1.904 pesos por litro.

Es decir, si el gobierno aplicara la cuota “llena” la gasolina Magna se vendería en 20 pesos y no en 18 (cuando en Texas vale 11 pesos) y a esta cantidad “dejada de cobrar” es a lo que le llaman “Subsidio”, por absurdo que parezca.

El asunto es que cada viernes se modifica el estímulo fiscal que será aplicable a la siguiente semana, y éste se ha incrementado las pasadas dos semanas, para pasar de 1.904 a 2.135 pesos aplicable del 21 al 27 de abril, y para la semana del 28 de abril al 4 de mayo, tenemos un “subsidio” de 2.495 pesos por litro, es decir, en las últimas dos semanas, el estímulo fiscal se ha incrementado en casi SESENTA CENTAVOS por litro, mientras que el precio de la gasolina magna al público SIGUE CRECIENDO!!!

Es decir, al bajar la cuota efectiva del IEPS, producto del mayor “subsidio”, los gasolineros están entregando a la Secretaría de Hacienda, por cada litro de gasolina Magna vendida, 59.1 centavos MENOS, que lo pagado hace dos semanas, beneficio que debería transmitirse al consumidor, BAJANDO LOS PRECIOS, sin embargo, se han quedado con la totalidad del supuesto “subsidio”, ya que los precios de la gasolina Magna, lejos de reducirse por el menor cobro de IEPS, han seguido subiendo, absurdo no?

Simplemente no me explico cual es la intención de nuestras autoridades al solapar a los gasolineros y permitirles que se “embolsen” el mayor “Subsidio” y el consumidor final no tenga ningún beneficio de este “sacrificio” fiscal.

Ojalá nuestras autoridades hacendarias den una explicación razonable a esta paradoja.

El autor es especialista en estudios económicos y de finanzas públicas. Actualmente ocupa el cargo de Socio de Economía en Pérez Góngora y Asociados.

Esta es una columna de opinión. Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad únicamente de quien la firma y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.