Atleta viajó de Australia a Londres empaquetado en una caja como mercancía

BBC

Londres, Reino Unido.- Reginald Spiers se vio en 1964 en Londres y sin dinero. El atleta, que tenía por aquel entonces 22 años, quería volver a su casa en Australia y no se le ocurrió mejor idea que la de facturarse a sí mismo como mercancía en una caja con una etiqueta que decía «emulsión de polímero sintético».

«Conseguí una caja y ya. ¿A qué debía tener miedo? No me asusta la oscuridad, así que simplemente me senté dentro», cuenta Spiers medio siglo después a la BBC. «Fue como un viaje al otro lado del océano. Tienes el asiento. Te sientas y vas».

Solo que no fue tan cómodo. Spiers pasó 63 horas metido en el cajón, según manifestó él mismo por aquel entonces al diario «Sydney Sun», que dio a conocer su historia.

El joven lanzador de jabalina, que se encontraba en el Reino Unido recuperándose de una lesión, no había sido incluido en el equipo olímpico australiano que iba a participar en los Juegos Olímpicos de Tokio de 1964, así que decidió volver a casa. Sin bastante dinero para el regreso y desesperado por llegar a tiempo para el cumpleaños de su hija, se hizo facturar en un cajón de madera desde Londres a Perth y después hasta Adelaida.

El embalaje fue llevado al aeropuerto de Londres por un amigo y facturado a bordo de un avión de Air India el 18 de octubre de 1964. ABC dio cuenta tal día como hoy de aquel año de este «insólito viaje de un atleta sin dinero» que alarmó a la Dirección de Aduanas de Australia y a las líneas aéreas.

«Como había trabajado en la sección de carga de exportación (del aeropuerto) sabía del envío de mercancías. Había visto a animales viajar así todo el tiempo, así que pensé que si ellos podían hacerlo, yo también podía», señala Spiers a la BBC. El joven también conocía cuál era el tamaño máximo de la caja a enviar por aire y convenció a su amigo John McSorley para que construyera una caja de 1,5 metros de largo, 0,9 de alto y 0,75 de ancho para enviarse a sí mismo a su país.

El embalaje le permitía al atleta sentarse con las piernas estiradas o tumbarse con las rodillas en alto. Viajó atado con correas, para no moverse al ser cargado o descargado por los operadores. Dentro llevaba algo de comida enlatada, una linterna, una manta y una almohada y dos botellas, una para agua y otra para la orina.

Según relata la BBC, durante el vuelo podía desatarse y salir de la caja gracias a un sistema de listones con el que podía abrir las tapas desde dentro, lo que hacía más llevadero su viaje de «paquete».

Cuando llegó a Perth tres días después, su caja fue descargada en un almacén. «Había varias herramientas allí (en el almacén), así que hice un agujero en la pared y salí», relata a la BBC antes de proseguir: «No había seguridad. Me vestí un traje que llevaba en mi bolsa. Tenía buen aspecto. Salté por la ventana y caminé. Después hice autoestop para llegar a la ciudad. Fue así de simple».

Hoy su viaje sería imposible ya que toda la carga pasa por escáneres que revelarían si una persona viaja oculta en alguna caja.

Spiers fue arrestado en Sri Lanka en 1984 y condenado a muerte por delitos de drogas, aunque apeló y finalmente cumplió cinco años de cárcel en Australia.