Un PRIcetamol

 

Mauricio Navarro.

Aguascalientes, Ags.- El Partido Revolucionario Institucional (PRI) es un instituto político que como todos tiene el objetivo de conquistar el poder y conservarlo. Pero en esa lucha por el poder público y político hay batallones que se van desgastando, Generales que se cansan y soldados que se mueren en la batalla.

La mayoría de las encuestas posicionan la marca PRI con saldos negativos, sería ocioso evidenciar cifras que al final son frías, todo se trata de percepción. Al PRI habría que analizarlo desde la perspectiva pública y la interna. Comencemos con la pública:

  1. Ignorancia. El desgaste mediático y a través de las redes sociales comenzó desde la campaña presidencial. Tan solo recordar lo sucedido en la Feria del Libro de Guadalajara.
  2. Corrupción. Casos de presuntos ilícitos en el servicio público, como es el del ex gobernador de Coahuila, Humberto Moreira.
  3. Falta de ética. A nivel local, el uso del camión de Gobierno del Estado para trasladar a militantes y autoridades partidistas el día de la elección. Una decisión que costó la pérdida de una diputación federal.
  4. Incapacidad. La economía es un monstruo que solo algunos cuantos entienden y que muy pocos aprenden a domesticar, pero a pesar de ello todos creen que las soluciones están detrás de un escritorio, cuando en realidad el comportamiento económico tiene sus bemoles a nivel local, nacional y global. Sin embargo, tomen sus precauciones con los efectos de la Reforma Fiscal.

Mientras que al interior del PRI hay grandes retos. El primero de ellos es motivar a sus bases, un grupo de personas lastimadas por las malas decisiones que han tomado durante los últimos años.

El priísmo de Aguascalientes sufrió por la designación de candidatos en los pasados procesos electorales más recientes, no se identificó con Francisco Chávez Rangel y comenzó a desmotivarse cuando se dio cuenta que las decisiones se estaban dando de manera unilateral o cupular.

Las corrientes políticas internas comenzaron a alejarse, no pretendían luchar por un espacio, esperaban a que los acuerdos pudieran salvar una valsa que se aproximaba a una cascada de caída pronunciada.

Sin más, perdieron alcaldías, tanto en la capital como en los municipios del interior, diputaciones federales y senadurías. Si no fuera por la Representación Proporcional, costaría entender su participación en la toma de decisiones públicas.

Al tener una organización tan dolida con sus propios dirigentes, la solución es lograr acuerdos, incentivar a la militancia, por eso es que  Jesús Rios Alba es una buena salida para cohesionar y reforzar los lazos partidistas. Es un PRicetamol que alivia el dolor pero no cura la enfermedad.

Cuando un partido político se convierte en un club premier, la conquista del poder se opaca por los lujos y provoca ceguera. A la vista de todos estaba que tanto Francisco Guel como Guadalupe Ortega eran líderes de papel que de Luis Donaldo Colosio solo aprendieron que era priísta.

La llegada de Norma Esparza generó esperanza entre los militantes, a muchos se les vuelve a ver en las instalaciones de su partido, lo que sigue es cumplir la expectativa.

@mauags