Rechazan la muerte de la prensa escrita

 

Excélsior

CDMX.- El futuro de la prensa escrita parece estar en su pasado, de acuerdo con un nuevo estudio publicado por investigadores de la Universidad de Texas.

Mientras la muerte de la prensa escrita, al menos como se le conoce, parece un artículo de fe ante el surgimiento sucesivo de medios como la radio, la televisión y ahora internet y las redes sociales, los autores del reporte se preguntan si el apresuramiento hacia el cambio pudo haber sido —o provocado— un error de estrategia en alguna parte.

No es demasiado tarde (para los periódicos). Hay esperanza si repiensan sus estrategias”, afirma Hsiang Iris Chyi, catedrático de periodismo en la Universidad de Texas y especialista en nuevos medios.

Una parte del futuro de la prensa escrita, al menos en Estados Unidos, puede estar en medios impresos de cobertura hiperlocal y de distribución gratuita, sostenidos por publicidad, opinó.

De hecho, comentó a Excélsior, el descenso de lectores en Estados Unidos no quiere decir que los medios impresos estén en peligro de muerte. “Es todavía el formato preferido entre los lectores de periódico en Estados Unidos”, sin contar con que son la principal fuente de ingresos.

El principal error, de acuerdo con al menos una analista, es haber hecho ediciones electrónicas de los medios impresos en vez de crear algo distinto. El error en Estados Unidos es especialmente visible en cuanto a medios impresos locales, carentes de recursos para competir con medios mayores y que acaban por asociarse con páginas de “agregadores” o redes sociales para agravar las cosas

Es lo que Iris Chyi define como la teoría de la sopa ramen, esa confección instantánea de fideos con alguna proteína, en comparación con un buen filete: los periódicos han sido hasta ahora restaurantes de carnes pero de repente decidieron competir por hamburguesas o sopas instantáneas en vez de mejorar su producto original.

Pero al mismo tiempo, lo que bien podría ser considerado como la crónica de una muerte largamente anunciada aparece por todas partes, en todos los países, en todos los idiomas. Es casi como una condena en espera de concretarse.

Y, sin embargo, cuenta el analista de medios Jack Shafer en politico.com, con todos sus problemas y todas sus limitaciones, los medios escritos “continúan como la mejor fuente de información acerca de los trabajos de nuestro gobierno, de la industria y de las mayores instituciones que dominan nuestras vidas”.

De hecho, de acuerdo con un estudio elaborado por Iris Chyi y Oris Tenenboim, de la escuela de periodismo en la Universidad de Texas-Austin, “a 20 años de las aventuras en línea de los periódicos estadunidenses, muchos están atascados entre un mercado en reducción para su producto impreso y un fracasado experimento de ofertas digitales”.

Para los analistas, la situación pone en duda la estrategia de la prensa impresa estadunidense, impulsada por la tecnología, “y llama por un reexamen crítico de suposiciones no comprobadas acerca del futuro de los periódicos”.

De hecho, la posición de los analistas es que los empresarios del periodismo deben aceptar que los días de 25 a 35 por ciento de beneficios se acabaron y que deberán conformarse a márgenes de cinco por ciento, más normales en las grandes empresas.

Los autores del estudio aceptan sin problema la premisa de la migración de lectores hacia los medios de internet, específicamente los “agregadores”, sitios de noticias que no pertenecen a periódicos.

Shafer, por su parte, citó un estudio del Centro Pew que en 2012 consignó que 26 por ciento de los participantes en una encuesta dijeron usar preferiblemente Yahoo como fuente informativa; 17 por ciento mencionó a Google, 11 por ciento a MSN y sólo cinco por ciento a The New York Times, tres por ciento a The Wall Street Journal y dos por ciento a cada uno, The Washington Post y USA Today.

En un estudio publicado en 2009, Chyi y Tenenboim reportaron que en los 67 principales diarios locales de Estados Unidos, con circulación de cien mil o más ejemplares diarios, sólo 13 eran el principal destino de noticias en su mercado.

El declive de la prensa impresa no es necesariamente irreversible, dijo Chyi. “Puede que no sea fácil, porque hay mucho contenido (noticias y etretenimiento) en línea y que compite por nuestra atencion. Pero la mayoría de los periodicos todavía son rentables hoy, aunque no tanto como hace 20 años, pero aún gananciosos”.

Más duro todavía, siempre de acuerdo con el recién publicado estudio, con todo y la caída en el número de lectores de los medios impresos estadunidenses, aún alcanzan a más lectores que sus versiones electrónicas y por todo el bombo y platillo del medio, los ingresos publicitarios de la prensa en papel todavía superan con mucho a los de las páginas electrónicas.

De acuerdo con las cifras presentadas por Chyi y Tenenboim, los ingresos publicitarios de los periódicos por publicidad digital pasó de tres mil millones de dólares en 2010 a tres mil 500 millones en 2014.

En ese mismo lapso, los ingresos de la prensa impresa bajaron de 22 mil 800 millones a 16 mil 400 millones de dólares.

Para Shafer, la pregunta lógica es “¿qué tal si, en la loca carrera de hace dos décadas por rededicar y ampliar el contenido editorial en la red, editores y directores hicieron un colosal error de negocios que malgastó cientos de millones de dólares?”.

El analista de medios no duda en calificar las ediciones en línea como “un miserable fracaso”, y puntualizó que sólo algunos medios, específicamente The New York Times y The Wall Street Journal, han logrado atraer una masa de lectores dispuesta a pagar por sus ediciones en línea, y calificó en su comentario que “pero esos son periódicos nacionales, ni locales”.

Chyi es la creadora de la teoría de los “fideos ramen”, que de acuerdo con Shafer subraya que los lectores evitan los periódicos en línea “porque en comparación con sus versiones impresas, son un producto inferior”. En otras palabras, son como las famosas sopas instantáneas en comparación de un filete de primera calidad.

Las ediciones en línea son además consideradas como inferiores porque son gratuitas, amén de que lo impreso se convierte en algo tangible, continuó el crítico. En 2012, una encuesta mencionada por Shafer señaló que 66 por ciento de los usuarios prefería la edición impresa a la publicación en línea, incluso una mayoría de los jóvenes: “todo esto se podría explicar porque las visitas a 51 páginas de los mayores diarios no duran mucho —unos dos minutos para el Chicago Tribune—, por ejemplo”.

Claro que de acuerdo con muchos de sus lectores, el Chicago Tribune está lejos de aquel momento, cuando se proclamaba como “el mejor periódico del mundo” (world´s greatest newspaper) y encabezaba una formidable cadena de periódicos.

De hecho sólo dos periódicos: el Austin American Statesman y The Washington Post tienen más de 20 por ciento de residentes locales entre los lectores de sus versiones en línea: el porcentaje promedio en 2015 era de diez por ciento, de acuerdo con la investigación citada por Shafer.

Chyi, por su parte, cree que los periódicos deben aceptar que hay una serie de temas fuera de su control, incluso la pérdida de audiencia. Ciertamente hay lo que Schafer describe como “abrumadora competencia” de medios como los canales de televisión —deportivos, de películas—, servicios en línea, medios sociales, juegos de video… “pero por cosas que están bajo su control deben tomar decisiones inteligentes”.

Y una de ellas, comentó a Excélsior, es “pensar en lo impreso y menos en lo digital. Dejar de despedir a periodistas y desdeñar a lectores de impresos… es más fácil vender copia dura que hacer dinero en línea”.