¿Medios de comunicación intocables a la crítica?

Gabriel Infante

Ciudad de México.- Durante la campaña electoral y de lo que va del histórico proceso de transición surgieron voces en los medios de comunicación que afirman que la libertad de expresión corre peligro con la llegada de Andrés Manuel López Obrador, ya que durante sus dos previas campañas electorales ha sido férreo crítico de algunos medios de comunicación que considera que se han ensañado de manera injusta contra él, sin embargo, siempre ha dicho durante la pasada campaña y las dos previas, y ahora en la transición, de que se va garantizar la libertad de expresión.

El ya conocido caso del periodista Ricardo Alemán y los recientes despidos de algunos columnistas y líderes de opinión de algunos diarios, increíblemente quieren atribuírselo al presidente electo. En el caso de Alemán, López Obrador era aún candidato, por lo que la acusación de que su despido fue por presión de Morena es totalmente ridícula. En cuanto a los despidos de columnistas lo atribuyeron al anuncio de que el próximo gobierno va reducir el gasto de publicidad gubernamental. Lo que me parece increíble y ridículo de este señalamiento es que en un país donde predominan los medios de comunicación privados, éstos se vean en la necesidad de depender de la publicidad gubernamental para subsistir. La realidad es que los medios de comunicación tradicionales viven una profunda crisis y se debe a dos factores primordialmente: Nos encontramos en una era digital, la gente cada vez compran menos periódicos y revistas y se informa cada vez más por Internet, y la falta de credibilidad, por la cual se ve reflejada el alto índice de desconfianza hacia éstos, como indica un sondeo de Parametría publicada en marzo del año pasado, en la que señala que 19% de los encuestados dicen tener mucha o algo de confianza en los periódicos, mientras que 18% dice confiar en los noticiarios de radio y 17% los noticieros de televisión. No hay que olvidar que en el 2012 el movimiento estudiantil #YoSoy132 exigía mayor pluralidad en los medios de comunicación, tomando en cuenta, que en el actual régimen de Enrique Peña Nieto y en las anteriores, y que es de conocimiento de todos, de que selectos periodistas de alto perfil reciben dinero de parte de los gobiernos en turno para que éste tenga prensa positiva, por lo tanto los cuestionamientos y las críticas de López Obrador y de la sociedad en general hacia éstos no son gratuitas.

Disentir vs censura

La crítica que hizo el presidente del Senado, Martí Batres, a una caricatura del monero Paco Calderón vía su cuenta de twitter, desató la indignación de algunos, incluyendo al propio monero, y un debate sobre la libertad de expresión. ¿Pero realmente fue un ataque u intento para coartarla?

En la normativa internacional, la Convención Americana consagra el derecho a la libertad de pensamiento y de expresión en su artículo 13, que señala lo siguiente:“ Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir información e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier procedimiento de su elección”.

En su inciso dos señala que:

“[…] no puede estar sujeto a censura previa sino a responsabilidades ulteriores, las que debe estar expresamente fijada por la ley y ser necesarias para asegurar:

a) el respeto a los derechos o la reputación de los demás, o

b) la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas”.

Asimismo señala que no se puede restringir este derecho “ por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares […]”.

En el artículo sexto de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece que:

“La manifestación de las ideas no será objeto de ninguna inquisición judicial o administrativa, sino en el caso de que ataque a la moral, los derechos de tercero, provoque algún delito, o perturbe el orden público, el derecho a la información será garantizado por el Estado”.

Mientras que el artículo séptimo señala que:

“ Es inviolable la libertad de escribir y publicar escritos sobre cualquier material. Ninguna Ley ni autoridad puede establecer la previa censura, ni exigir fianza a los autores o impresos, ni coartar la libertad de imprenta, que no tiene más límites que el respeto a la vida privada a la moral y a la paz pública. En ningún caso podrá secuestrarse la imprenta como instrumento del delito”.

Curiosamente nada de lo anterior se ha cumplido, ya que de acuerdo con la organización Artículo 19 tienen contabilizado desde el año 2000 hasta la fecha 119 periodistas asesinados, posiblemente relacionado a su labor periodística, y que la mayoría de éstos crímenes no han sido investigados y por consecuencia han quedado impunes. Tampoco olvidemos los emblemáticos casos de José Gutiérrez Vivó con Monitor y Carmen Aristegui.

Es más que evidente que el senador Batres al publicar dicho tuit criticando dicha caricatura, no hizo más que ejercer como todos los ciudadanos de este país su derecho a expresar libremente sus ideas, y en este caso en particular, su desacuerdo respecto al mensaje de dicha caricatura, que dicho sea de paso, fue publicada sin ninguna restricción. Podemos coincidir o no con el punto de vista del senador, pero de ninguna manera su acto fue un ataque contra libertad de expresión.

Como cualquier derecho, la libertad de expresión y de prensa tiene limitaciones, la cual está claramente señaladas en los citados artículos de la constitución mexicana y el artículo 13 de la Convención Americana, la cual hice mención. Asimismo nosotros los periodistas debemos seguir un código ético y deontológico que regula nuestro trabajo y los medios de comunicación deben servir a la sociedad y no a los intereses políticos y económicos de particulares, por lo tanto la sociedad en su conjunto tienen derecho a disentir, cuestionar y criticar a los medios de comunicación y a los informadores cuando consideren que no se están apegando al código ético y deontológico o estar en desacuerdo en la forma que se está informando.

En el caso particular del poder, también tienen derecho a disentir, cuestionar y replicar a éstos cuando consideren que lo que se está informando es impreciso o no corresponde con la realidad, lo que no tiene derecho es utilizar mecanismos de censura previa, como ejercer presión, el acoso, intimidación, despidos de informadores, cierre de medios de comunicación o el asesinato de periodistas, como ha venido ocurriendo, no sólo en los últimos dieciocho años, sino a lo largo del pasado siglo. Afirmar que con la llegada de Andrés Manuel López Obrador al poder corre riesgo la libertad de expresión en México, es ignorar por completo lo que ha venido ocurriendo respecto a ésta.