La Jornada
Puerto Vallarta, Jal. Si bien Puerto Vallarta es una ciudad muy visitada por paseantes de la comunidad LGBTI, aún existe resistencia en algunos prestadores de servicios turísticos, especialmente en bares, sostuvo Héctor Ramírez Betancourt, activista y líder de ese colectivo en la entidad.
Es sabido, dijo, que “aún te dicen no te agarres de la mano, no te beses, no abraces pero, como digo, nadie pone una demanda, nadie pone una denuncia por lo cual no podemos decir equis o en tal lugar” se discrimina.
Betancourt sostuvo que las denuncias quedan en redes sociales, por lo que invitó a la comunidad a hacer las cosas como deben de hacerse y acudir ante las instancias correspondientes, como la fiscalía o Comisión Estatal de Derechos Humanos.
“Tenemos que hacer las cosas como se debe para que exista una estadística”, y con ello poder incidir en una sanción contra el establecimiento o “hacer algo”, apuntó el activista, quien agregó que se están buscando distintos mecanismos para sensibilizar al sector y denunciar los casos de discriminación.
Apuntó que tampoco existen datos sobre los crímenes de odio porque no hay denuncias. “No podemos tipificarlos por lo que simplemente se dice que murió” la persona, subrayó.
Detalló que han sido encontrados miembros de la comunidad, con signos de ahorcamiento y con golpes pero “no podemos decir que es un crimen de odio porque primero, en Jalisco no está tipificado como tal, y en segundo nadie sigue la denuncia, ahí dejan el caso las familias y se cierra el asunto dándosele carpetazo”.
“Yo formo parte del observatorio nacional de crímenes de odio, y llevo un registro de los casos que pasan, (pero) este es un registro extraoficial”, abundó.
Sostuvo que en los últimos siete años en Puerto Vallarta ha registrado alrededor de 45 casos de crímenes de odio. “Son muchos”, finalizó.