Denuncian plagio expertas del INAH

Terra

CDMX.- Médicos del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN), entre ellos su director, Miguel Ángel Celis, son señalados por plagiar investigaciones del INAH y falsificar documentos oficiales.

Usaron indebidamente estudios en restos óseos prehispánicos y entregaron permisos apócrifos, con firmas inventadas, a la revista Neurosurgical Focus de la Asociación Americana de Neurocirujanos para que les publicaran dos artículos científicos, según denuncian Ximena Chávez y Vera Tiesler, autoras originales de las investigaciones.

Incluso “resucitaron” al ex coordinador nacional de Arqueología Alejandro Martínez Muriel: aunque falleció en 2009, los neurocirujanos exhibieron un documento firmado por el arqueólogo en 2012 que autorizaba la reproducción de imágenes del INAH, sin restricciones de copyright, en el texto Knowledge of skull base anatomy and surgical implications of human sacrifice among pre-Columbian Mesoamerican cultures, con Raúl López Serna como primer autor.

Fue publicado por Neurosurgical Focus en agosto de 2012, con la coautoría de Celis, Samuel Romero Vargas, Rogelio Revueltas Gutiérrez y Juan Luis Gómez Amador, entre otros.

Las fotos usadas en el artículo sobre sacrificio humano supuestamente tenían, además, el permiso de Benito Taibo, quien en 2012 se desempeñaba como coordinador nacional de Difusión del INAH, de acuerdo con un oficio cuya copia tiene REFORMA.

Consultado, Taibo, actual director de Radio UNAM, asegura que la rúbrica no es suya y que este tipo de permisos suele expedirlos la Coordinación de Asuntos Jurídicos.

El texto publicado retoma indebida y erróneamente las investigaciones de Chávez, dedicada al estudio de los sacrificios humanos, la decapitación y tratamientos mortuorios en la antigua Tenochtitlan.

“Si ellos no analizan una colección (de restos óseos), ¿por qué lo dicen?, ¿por qué lo dan a entender? Ahí está la primera cuestión: la ética. La segunda es que deben darse datos fidedignos en un artículo como éste, porque pueden consultarlo personas interesadas y reproducir información errónea”, advierte la investigadora, quien acaba de concluir una estancia en la Biblioteca Dumbarton Oaks de la Universidad de Harvard.

Serna ofreció a Chávez “una sentida disculpa” mediante un correo electrónico; Celis propuso un “arreglo” sin detallar a qué se refería, cuenta la autora del libro Rituales funerarios en el Templo Mayor de Tenochtitlan.

Los desentendidos
Los médicos ya habían falsificado documentos antes. Lo hicieron en 2010 para publicar, en la misma revista, A look at Mayan Artificial Cranial Deformation Practices: Morphological and Cultural Aspects, con datos y fotos de Tiesler, coordinadora del Laboratorio de Bioarqueología de la Universidad Autónoma de Yucatán.

Romero Vargas y Arturo Sotomayor González proporcionaron a los editores un oficio con la firma falsificada de la investigadora.

“Comenzaron con el trabajo mío. No sé si agarraron confianza, porque lo que siguió fue más descarado”, lamenta la experta en sacrificios humanos mayas, estudiosa de los restos óseos de la Reina Roja en Palenque.

En marzo de 2015, Chávez y Tiesler expusieron ante el INAH los hechos, que implican a 16 neurocirujanos adscritos al INNN, al Instituto Jalisciense de Cancerología y al Centro de Especialidades Neurológicas de Cancún, entre otras instituciones. Además de plagio y falsificación, denunciaban la invención de dependencias, como la International Promotion Office del INAH y el uso de sellos de sindicatos para avalar oficios.

El INAH ofreció a las investigadoras ocuparse del caso, pero lo ignoró, al grado de no responder los correos de Jo Ann Eliason, del Journal of Neurosurgery Publishing, grupo que publica Neurosurgical Focus, interesada en aclarar la situación. A decir de Chávez, el director de Asuntos de lo Contencioso, Rodolfo Flores Cruz, nunca le dio respuesta.

Pero nada pasó
Al no recibir queja formal del INAH, dirigido por Diego Prieto, Neurosurgical Focus mantiene los textos en línea, mismos que se presumen en el currículo de médicos como Raúl Lopez Serna, Arturo Sotomayor González y Samuel Romero Vargas.

El Instituto no actuó -se le hizo saber a Chávez- porque sólo disponía de la versión electrónica de los documentos falsificados.

El caso ameritó en 2015 un exhorto de la Asamblea Legislativa promovido por Rodolfo Ondarza, titular de la Comisión de Salud, para que las autoridades frenaran el fraude, pero nada pasó.

Entre los afectados por plagio también está el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma, fundador del Proyecto Templo Mayor, de quien se tomaron imágenes sin permiso.