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Australia.- Hace 40 millones de años, un meteorito impactó en lo que ahora es Canadá, provocando la temperatura más alta jamás registrada en la superficie de la Tierra: unos infernales 2.370ºC. Esa es la conclusión de un equipo internacional de científicos tras analizar las rocas de un gigantesco cráter de 28 km localizado en Labrador. La pista se la han dado unas piedras utilizadas en joyería que compiten con los diamantes y que solo pueden formarse con un calor extremo.
Los investigadores saben desde hace tiempo que la Tierra fue bombardeada regularmente por meteoritos y otros objetos espaciales durante sus años de formación. Y algunas de esas colisiones dejaron cráteres que han sobrevivido hasta nuestros días. Uno de ellos es el del lago Mistastin, en Labrador, Canadá, cuyas grandes dimensiones sugieren que la roca que lo creó hace unos 40 millones de años era de un tamaño más que considerable.
Según explican en la revista Earth and Planetary Science Letters, el equipo encontró evidencias de circonio, un mineral común, transformado en circonia cúbica, también llamada circonita o zirconita, una gema muy parecida al diamante. Resulta que hacen falta temperaturas de 2.370ºC para que esto ocurra, por lo que el calor generado por el impacto tuvo que ser ese por lo menos. Es la más alta jamás encontrada de forma natural en la superficie de la Tierra. Los científicos ya sospechaban que estos impactos podían alcanzar los 2.000ºC, pero había que probarlo. «Nadie había considerado utilizar circonio como registrador de las temperaturas de impacto», dice Timms a New Scientist. «Esta es la primera vez que tenemos una indicación de que rocas reales pueden ponerse tan calientes».