Calificadora señala difícil crecimiento económico de los bancos

La Jornada

Ciudad de México.- El crecimiento de los bancos en los siguientes dos años será de 6 por ciento, en línea con la desaceleración económica del país, y debido a que los niveles de crecimiento en el crédito son menores en comparación con el Producto Interno Bruto (PIB) si se compara con los índices de años pasados, consideró Moody’s Investors Service.

En un reporte difundido hoy, la agencia calificadora de valores precisó que un crecimiento económico más lento limitará el crecimiento de los volúmenes de negocios de los bancos y está por aumentar la morosidad, especialmente entre los préstamos de consumo de mayor riesgo y los préstamos a pequeñas y medianas empresas, que están más expuestas a los ciclos económicos.

Aclaró que si bien los bancos han ajustado a la baja sus expectativas de crecimiento de 8 por ciento para este año a un rango de entre 7 y 8 por ciento, las condiciones actuales dejan ver que las instituciones financieras crecerán solo 6 por ciento por los siguientes 2 años.

Detalló que pese a la desaceleración económica que hay en el país, los bancos mexicanos mantendrán sólidos fundamentos financieros.

Refirió que las altas tasas de interés y los fondos de depósito estables y de bajo costo continuarán impulsando los amplios márgenes y la rentabilidad de las instituciones financieras, aumentando los niveles de capital que pueden servir como amortiguadores contra los préstamos de problemas inesperados.

Moody’s expuso que los bancos mexicanos continúan enfrentando un proceso lento y engorroso de hacer cumplir garantías colaterales y resoluciones de bancarrota prolongadas, lo que explica las altas cancelaciones del sistema bancario, además de que, para mitigar estos riesgos, los bancos tienden a enfocarse en otorgar préstamos a individuos y compañías en la economía formal y en la cima de la pirámide económica.

“La administración de Andrés Manuel López Obrador pretende introducir medidas para impulsar el sistema financiero al aumentar la cantidad de prestatarios potenciales que los bancos pueden atender, lo que sería positivo para los bancos mexicanos si se implementa con éxito”, detalló.

La agencia sostuvo que la naturaleza limitada de las medidas anunciadas confirma que la nueva administración no tiene planes de cambiar el marco regulatorio del sistema financiero y económico en la primera mitad del sexenio.

“A medida que la economía se desacelera, existe la posibilidad de que los bancos de desarrollo de propiedad del gobierno, como Nacional Financiera, el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos, y el Banco Nacional de Comercio Exterior, se le pedirá que apoye el crecimiento a través del crédito, lo que está en línea con sus roles de política pública”, acotó.

En lo referente a las condiciones de financiamiento, la calificadora mencionó que las condiciones actuales son sólidas, basadas en la financiación interna de los depósitos básicos de las instituciones, pues los depósitos de clientes en moneda local, representaron 57 por ciento de los activos a marzo de este año.

“Además, los bancos mexicanos se benefician de una baja dependencia de la financiación del mercado, especialmente de las emisiones transfronterizas, lo que limita los riesgos relacionados con la volatilidad del tipo de cambio. El crecimiento de los depósitos ha seguido el ritmo de los préstamos, con un promedio del 11 por ciento anual en los últimos tres años frente al 10.6 por ciento de la tasa de crecimiento de los préstamos”, abundó.

Expuso que la necesidad del gobierno mexicano de apuntalar a Petróleos Mexicanos puede afectar sus propias finanzas y, por lo tanto, la capacidad de respaldar al sistema bancario, si es necesario.

Sobre la situación económica del país, Moody’s añadió que “Anticipamos una perspectiva desafiante para la economía de México y pronosticamos que el crecimiento se reducirá a 1.2 por ciento desde 2 por ciento observado en 2018, con riesgos inclinados a la baja, debido a una persistente debilidad en la inversión privada y una postura fiscal estricta”.

Señaló que los indicadores de alta frecuencia, incluidos la producción industrial, las ventas minoristas, la confianza de los consumidores y las empresas, siguen dando señales mixtas y pese a que la confianza del consumidor ha disminuido en los últimos meses, se mantiene cerca de máximos históricos, pero esto no se ha traducido en una fuerte aceleración en el consumo.

“El sentimiento del mercado hacia Pemex sigue siendo pesimista, impulsado por las preocupaciones sobre si será capaz de satisfacer sus grandes necesidades de financiamiento en los próximos años… actualmente, la debilidad de la inversión privada, la incertidumbre de las políticas y una postura fiscal restrictiva también están afectando el crecimiento”, destacó la agencia.