Aquí en confianza

 

Mauricio Navarro

Aguascalientes, Ags.- ¿En quién confiamos? Este año lo estamos enfrentando con una grave crisis de credibilidad, pocos confían en las instituciones públicas, y con una justificada razón han perdido la fe en el servicio público, principalmente por todos aquellos casos de corrupción que han sido expuestos en los medios de comunicación, además de las consecuencias de la impunidad y la corrupción, que en muchos casos es origen de una situación financiera adversa.

En México, de acuerdo a la encuesta realizada por Consulta Mitofsky en octubre del año 2016, las universidades fueron evaluadas con la mejor calificación, de un parámetro del 0 al 10 obtuvieron 7.1, mientras que la Iglesia 6.9 y el ejército 6.8.

Fueron 17 instituciones las que participaron en esta medición, de las cuales solamente 1 mejoró su calificación en la comparativa con el año anterior. En este mismo estudio, se revela que la gente no confía en los Partidos Políticos, ya que son los peor calificados, con 4.8; los Sindicatos obtuvieron 4.9 y la Policía comparte un 5 de calificación con los Diputados.

Es claro el descontento social con las instituciones ligadas a la política, tanto los Diputados como los Partidos Políticos han hecho una labor poco digna ante las necesidades de las personas; su falta de sensibilidad y la toma de decisiones cupulares han hecho que las personas se involucren menos en las actividades colectivas. Y desafortunadamente esta crisis se ha generado hace bastante tiempo, tendrá poco más de 15 años, donde nos dimos cuenta de que el sistema político requería de un cambio progresista, algunos plantearon la renovación de sus instituciones –con poco éxito -, otros optaron por presentar iniciativas de participación ciudadana, incluso se le dio apertura a las candidaturas independientes y los partidos políticos locales.

Los cambios hasta ahora aplicados no han dado los resultados esperados si es que se piensa en una democracia real, los pasos son cortos y no parecen ser tan firmes; el problema de fondo es precisamente la función de las personas en las instituciones. Cuando se habla de Partidos Políticos o de Universidades, estamos hablando de personas, unas hacen investigación y otras son investigadas. Esa es la diferencia. Pero al final ninguna organización funciona sin el capital humano.

En el servicio público y privado se trabaja con valores, entre ellos la responsabilidad, la lealtad, el compromiso, la honestidad, y más; en todos los ámbitos laborales el valor de la ética es fundamental para llevar a cabo las responsabilidades más altas y de menor rango.

La evaluación que se hace por parte de Consulta Mitofsky es una muestra clara de que la sociedad está demandando un pacto de ética, no de funcionalidad, mucho menos de organización o estructura; llama a concebir la política y el servicio público en una dimensión que pocos comprenden, con el rasgo característico de la ética en función.

La ética fue definida por Aristóteles por medio de un fin último, que es hacer el bien; en esta tesis, habrá que renovar nuestro sistema político mexicano desde su interior, con personas que entiendan y practiquen la ética, con la necesidad urgente de fortalecer las instituciones o dejarlas morir para crear nuevas, es prudente ser ético y políticamente correcto ser libre.

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