Anticipan que dos gobernadores panistas darán la espalda a Anaya

SDP Noticias

Cito lo que dice la columna Templo Mayor de Reforma este domingo de debate electoral presidencial:

1. Focos rojos. Se están encendiendo en la coalición PAN-PRD-MC, llamada Por México al Frente, “después de que el gobernador de Michoacán, el perredista Silvano Aureoles, apoyara al candidato presidencial del PRI-PVEM-Panal, José Antonio Meade”.

2. “Ese apoyo se suma al de Armando Ríos Piter quien… , también se sumó a la causa del ‘no priista’ el viernes”. No lo dice Reforma, pero la relevancia, poca o mucha, que tenga El Jaguar Ríos Piter como aspirante independiente se la dio el coordinador de la estrategia de Ricardo Anaya, Jorge El Güero Castañeda. Así que el apoyo de El Jaguar a Meade equivale a otra baja sensible en las filas del PAN-PRD-MC.

3. “Pero la verdadera alerta entre los frentistas es porque se enteraron de que varios priistas han estado en negociaciones con el gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, para que le dé la espalda a su paisano Ricardo Anaya y apoye a Meade”.

4. “La duda es si el mandatario panista será capaz de llevar su historia de desencuentros con el candidato presidencial del Frente hasta el extremo de ponerse en su contra. Ya se verá”.

Si es serio e inteligente, como lo es, lo que se pregunta el gobernador de Querétaro no es a quién ayudará a ganar con su respaldo, si a  Meade o a Anaya, que la verdad sea dicha tienen muy pocas posibilidades de alcanzar a AMLO, sino con qué candidato le conviene perder la elección, de tal modo de construir, en la oposición, su propia ruta presidencial rumbo al 2024.

La nueva oposición frente al poderío de AMLO y Morena

Es muy probable que Andrés Manuel y su partido se queden si no con todo, sí con muchísimo: la Presidencia de la República, no pocas gubernaturas y las mayorías en las cámaras de Diputados y Senadores.

Ello, en los hechos, significará el fin definitivo del PRD como opción política y el inicio de la transformación, que probablemente concluirá con su unificación, de los dos partidos más viejos, el PRI y el PAN.

Para enfrentar a AMLO y a Morena durante todo el próximo sexenio, el PRIAN, ahora sí, deberá nacer, desde luego con otro nombre y con otras reglas internas de administración.

Serán los gobernadores del PRI y del PAN los que encabezarán el proyecto opositor contra López Obrador y su partido.

Y, entre todos los gobernadores actuales, dos de ellos tienen más virtudes políticas para poder enfrentar a AMLO y retar a Morena en las presidenciales de 2024: el citado Francisco Domínguez, de Querétaro, y el de Tamaulipas, Francisco Javier García Cabeza de Vaca, ambos panistas, ambos —digan lo que edigan en púbico— completamente en contra del liderazgo autoritario y gandalla que Ricardo Anaya ejerció en el PAN y ambos con capacidad de liderazgo y recursos políticos como para enfrentar al que apunta para ser un poderoso régimen de izquierda los próximos seis años.

No le darán a Anaya el liderazgo de la oposición contra AMLO; lo negociarán con Meade

Si los panistas Domínguez y Cabeza de Vaca apoyaran a Anaya, lo único que tal vez lograrían —tal vez, es decir, no es seguro— es lograr que el candidato del PAN-PRD-MC terminara en segundo lugar, lejos del abanderado de Morena.

Pero darle a Anaya la segunda posición en la elección presidencial, significaría nombrarlo —desde el mismo momento en que reconociera su derrota— el líder de la oposición mexicana durante el periodo 2018-2024.

Anaya, como cabeza de las fuerzas políticas de oposición, no permitiría que nadie le disputara la candidatura presidencial del 2024, que empezaría a construir desde el momento mismo en que cerraran, el próximo mes de julio, las casillas de votación.

Cabeza de Vaca y Domínguez ya vieron la película de cómo Anaya destruyó a Rafael Moreno Valle, expulsó a Margarita Zavala —la que más dignifdad tuvo en el PAN—y engañó a Miguel Ángel Mancera.

Los gobernadores de Querétaro y Tamaulipas no van a convertirse en los próximos tontos utilizados para ascender por Ricardo Anaya.

Si le dieran a Anaya el liderazgo de la oposición, haría lo que ya hizo como dirigente del PAN: marginar a los otros líderes y poner a trabajar para su propia causa los recursos de los partidos que lo apoyaran.

Meade, en caso de quedar en segundo lugar en las presidenciales de este 2018, se convertiría, si lograra un buen resultado, en el líder de la oposición a AMLO, pero con la diferencia de que sería mucho más generoso y lealmente negociador con los otros liderazgos del PRI y del PAN que lo apoyaran.

Silvano Aureoles lo sabe y por esa razón ha apoyado a José Antonio Meade. Eso también explicará lo que hagan los dos gobernadores panistas mencionados que no quieren a Ricardo Anaya —por cierto, son amigos de Meade—, cuando decidan jugar su futuro político, expresando abiertamente que se la juegan con el candidato del PRI-PV-NA, o bien operando en discreción para el prista que en realidad no es del PRI.

Dadas las circunstancias, la gran apuesta de los políticos del PRI y del PAN ya no es por ganar la Presidencia de México en 2018, sino por encabezar la oposición el próximo sexenio. Y en este proyecto Anaya estorba, mientras que Meade es un aliado.